Doble Estándar (Opinión)
He escuchado, desde que comenzó a interesarme el tema, a muchas personas declarar que los intentos de las diversas comunidades y grupos sociales por ser representados (ya sea en programas de televisión, libros, o lo que sea) no son más que “intentos desesperados por llamar la atención”, y qué, si en verdad quisieran igualdad de condiciones con la población general (término que, personalmente, encuentro ofensivo por razones que más adelante explicaré), no estarían remarcando continuamente lo mucho que son dejados(as) de lado. Por lo tanto, las personas procuran evadir el tema a como dé lugar, temiendo, en muchos casos, ser encasillados o desplazados.
Un buen ejemplo de esto puede verse en las comunidades LGBTQ de cualquier país; en Venezuela, específicamente, parece haber un enorme tabú a la hora de hablar del tema. Todos tenemos un amigo gay, o una compañera de estudios lesbiana, pero nadie habla abiertamente de ello. Es como si la gente conscientemente se esforzara por censurar lo que (para dolor de la sensibilidad de algunos) debería ser un tema más que normal en la actualidad. Con estas palabras no aliento a la gente a correr por las calles anunciando su sexualidad de forma desenfrenada (ningún extremo es bueno) pero vale la pena mencionar el tema porque incluso cuando sabemos lo importante que es reconocernos y aceptarnos a nosotros mismos y a las personas a nuestro alrededor por lo que son (somos), nos negamos a hacerlo, y desaprobamos a quienes sí lo hacen.
Otro ejemplo puede encontrarse en la actitud de la generalidad hacia las personas de color; no importa cuánto quieran decirme que en Venezuela el racismo no existe, sí lo hace, y bastante marcado por las líneas generacionales; por ejemplo, cuando una persona de color e hace pareja de una persona blanco, la felicitan por sus esfuerzos para “mejorar la raza”; en cambio, cuando una persona blanca se hace pareja de un hombre de color, es fuertemente criticada, aparecen frases como “¿No habían más hombres de dónde escoger?”, “tuviste que traer a la casa a la primera negra que viste por la calle ¿Verdad?”, “No entiendo por qué estás con ese negro, pudiendo conseguir algo mejor”. A pesar de que la gran mayoría de quienes aquí habitamos somos “de raza mixta”, tenemos una serie de estereotipos ridículos tan fuertemente arraigados en nuestra cultura que caemos en la hipocresía con continuidad. Incluso en los comentarios vacíos, aquellos que decimos puramente por ocio y sin la intención de declarar nada realmente, demostramos lo manchada que está la percepción de la sociedad, aún, en nuestro país. Yo misma me he visto usando continua e inconscientemente palabras como “marico(a)” o “loca” a pesar de ser abiertamente bisexual.
Es muy fácil hablar de cómo deben ser las cosas cuando no es uno el afectado. Más de una persona ha declarado en mi dirección lo “mal orientadas” que están mis decisiones, o su “incredulidad” con respecto a la posibilidad de mi sexualidad (muchos me han dicho “no te creo”, como si mi sexualidad fuese un unicornio, y tuviese que demostrarles que existe). Tengo amigos, y soy familia de personas de color que han pasado muy malos ratos, a causa de personas que les atacaban directamente, con la única excusa de su color de piel. Esto también puede suceder con aquellas personas con creencias religiosas o filosofías de vida distintas a la cristiana. En donde vivo predominan tres iglesias: la evangélica, la católica, y la de los testigos de Jehová; cualquier cosa distinta a eso es aplastada. Así mismo, aplastada.
Doy fe de este hecho por experiencias personales; la gente simplemente no acepta cuando no crees en lo mismo que ellos. Cuando estaba en el liceo, recuerdo que varias compañeras de mi clase se acercaron a mi pidiendo que “recapacitara”, o (las menos radicales), intentando convencerme de que lo que hacía no tenía sentido, y que podían ayudarme a “poner mis pensamientos en orden”. Lo cual se volvió irónico después de un tiempo, pues a pesar de ser “devotas” a sus religiones, tendían a irrespetarlas continuamente.
Podría extenderme todo un día soltando ejemplos a diestra y siniestra, pero creo que el punto está bastante claro.
La sociedad está profundamente corrompida con dobles estándares que nos evitan salir adelante como seres propios y bien definidos; hablando específicamente de Venezuela, y de Maturín (que es la ciudad en donde vivo) puedo declarar que a muy pocas personas les importa resolver esta problemática, y una incluso menor cantidad sabe que está sucediendo. Los ejemplos están en todas partes, los testigos son múltiples y variados, pero parecen estar tan concentrados en sí mismos, o en culpar de todos sus problemas a fuerzas externas, que no tienen voluntad de moverse.
Si me preguntaran a mí, diría que habría que enseñar a las personas a ser más abiertas, inclusivas; a aceptar mejor que sus opiniones no son las únicas. Escribo este artículo partiendo exclusivamente desde mi punto de vista, y cualquier opinión contraria es bienvenida, según me parece, si aprendiéramos a ver más allá de nuestros propios seres, podríamos hacer una gran cantidad de bien a nuestra sociedad.
Seria hermoso vivir en un lugar en el que todos tengamos en mente las opiniones de los demás, y las respetemos; que una pareja, sea como sea que esté conformada, pueda salir a la calle sin temor a ser atacada; que una persona pueda exponer su punto de vista de una situación sin la necesidad de llegar a la violencia, o la incomodidad. A muchos les he dicho “bien, no tienes que estar feliz con mi sexualidad/color de piel/clase social/creencias religiosas, simplemente tienes que respetar mis decisiones, así como yo respeto las tuyas”; si estás incómodo conmigo, procuraré tener la mayor cantidad de tacto posible, pero no esperes, tampoco, que finja ser algo que no soy.
Esa, a mi parecer, es actitud que todos deberíamos tener. La aceptación consciente, junto con el respeto, son un par de las mejores cualidades del ser humano: permiten que los grupos se relaciones sin necesidad de llegar a la violencia; y, hoy en día, hacen mucha falta en nuestra sociedad.
Gracias por aportar tu visión sobre la situación en Venezuela. Hago resteem para intentar que se difunda un poco más tu artículo.
El 19 de noviembre de 2017 Nicolás Maduro dijo en una entrevista realizada por el periodista español Jordi Évole, que se comprometía a presentar la propuesta de Matrimonio Igualitario ante la Asamblea Nacional Constituyente, esperemos que cumpla su palabra.
En mi opinión, la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo no solo proporciona igualdad de derechos sino que también contribuye a aumentar la aceptación de la sociedad con respecto a homosexuales y bisexuales.
¡Gracias por tu apoyo! Me alegra saber que no soy la única que posee este punto de vista. Ojalá se el asunto de la propuesta de Matrimonio Igualitario; sería, realmente, una de las mejores noticias que podrían darle a las personas de la comunidad que anhelan casarse y no cuentan con los recursos para salir del país.