“Los hombres en general juzgan mas por los ojos que por las manos porque a todos les es dado ver y a
pocos palpar. Así, todos ven lo que pareces pero pocos tocan lo que eres y estos pocos no se atreven a
oponerse a la opinión de muchos […] Los pocos carecen de sitio cuando la mayoría tiene donde
apoyarse”.
(Maquiavelo a Lorenzo de Medici, El Príncipe, 1513)
En los últimos 12 años de la vida política y la opinión pública nacional e internacional, hemos observado como los medios de comunicación en general (impresos, digitales y tv) han jugado un papel predominante e influyente en la dinámica político-social de un amplio sector de la sociedad atomizada por las diversas ideologías del pensamiento y por sobre todo una población mediatizada que subyace en una especie de subsistema social: “La Opinión Pública”.
En este sentido la Opinión Publica es tangible y dinámica. Recoge la experiencia de las mayorías pero se nutre del pensamiento individual y carece de sustento lógico que la ubica entre la ciencia y la ignorancia; este término medio, es producto del poder que ejercen los medios al proyectar hacia los individuos información en vez de formación. “La opinión verdadera ocupa, pues el justo término entre la ciencia y la ignorancia” (Platón, Dialogo de El Banquete o del amor, siglo V a.C.).
Desde los años cincuenta a setenta (50 – 70), se ha acumulado evidencia sobre la conexión causal entre la atención mediática y las funciones cognitivas de un individuo. Sin embargo las teorías modernas de la comunicación engloban y combinan técnicas de percepción, inducción y dependencia que van dirigidas a un público con el suficiente poder para procesar la información y traducirla en dos acciones básicas según las teorías económicas y políticas modernas: aceptación de un producto en el mercado y votos electorales para un determinado candidato.
El modelo de la teoría de la dependencia, se refiere a la construcción mediática de la realidad política (agenda – setting) y de cómo los medios no nos dicen que pensar pero si delimitan las fronteras de nuestros conocimientos y juicios mediante la percepción y el hecho noticioso.
De tal manera que, los medios no solo nos dicen sobre que pensar, sino también como pensar. “De hecho, la opinión pública funciona como el sistema de precios del mercado: es una observación de observadores. Los medios ofrecen un espejo que permite a los competidores auto-observarse […]”
Esta proposición tiene cierto alcance ya que el contenido mediático olvida varios puntos:
1.- El publico cuenta con otras fuentes de información y por su puesto con su propia experiencia.
2.- Los mensajes mediáticos se discuten y reelaboran en grupos pequeños generando agendas y opiniones particulares que se ven afectadas por las presiones sociales.
3.- Los ciudadanos pueden convertirse en propagandistas de sus propias ideas porque tienden a pensar que los mensajes contrarios afectaran mas a los otros miembros de la audiencia.
4.- Los medios no sostienen un punto de vista monolítico.
La lógica institucional mediática señala que, “la clase y el status social no explican por sí solos la influencia mediática, pero generan desigualdades materiales y culturales”. Así los medios organizan nuestra visión de la realidad y de nosotros mismos de forma convencional reforzando en cierta medida nuestros hábitos, preferencias y conducta ante ciertos estímulos sociales. Como por ejemplo una conversación acerca de quién puede ser el mejor candidato presidencial para las próximas elecciones. O de si las FARC son grupos insurgentes o mercenarios.
De tal manera que es posible que los medios comerciales desempeñen funciones políticas con fines particulares o que los medios de comunicación del Estado desempeñen un, papel progubernamental y/o partidista.
En este sentido, el enfoque institucional de las teorías de la comunicación nos recuerda que los medios son organizaciones con rutinas y fines propios y que al igual a los partidos, ejércitos o la iglesia han debido adaptarse al ritmo y el formato audiovisual para frenar el descenso en sus afiliados, reclutas y fieles. En consecuencia es preciso distinguir entre los efectos de la opinión pública en encuesta-voto y la discursiva.
Los medios de comunicación permiten procesos de deliberación colectiva que se verifican en las encuestas como indicadores de percepción para el hecho político y la intención del voto. En cierta medida y estadísticamente los sondeos revelan la opinión de las mayorías y su intencionalidad; hecho que nos permite medir opiniones fundadas y la racionalidad.
Sin embargo existen ciertos factores que pudieran afectar la consistencia de la opinión pública mediante el sondeo. “El nivel educativo -muy ligado a la clase social- tiene un efecto curvilíneo sobre la consistencia de las opiniones, que es más alta en los sectores con mayor escolarización. Los más escolarizados tienen recursos cognitivos e información suficiente para mantener sus opiniones. Los menos escolarizados desatienden nuevos mensajes y permanecen anclados en sus posiciones. Por tanto, contra lo que dicta la intuición, los más proclives a ser manipulados no son los más incultos, sino la mayoría de nosotros. Es decir, todos los que tenemos un nivel medio de información, pero que a veces es insuficiente para relacionar las opciones planteadas con nuestras predisposiciones e intereses”.
Si nos apegamos a la frase popular: “Dos cabezas piensan mejor que una” y traspolamos esa idea en que cada individuo puede juzgar razonablemente un hecho, las leyes estadísticas nos proporcionan que cuantas más personas den su opinión acerca de lo que creen que es correcto, entonces esta será la opinión de la mayoría y en consecuencia la democracia es el gobierno de las mayorías. Ha de notarse que en este proceso de deliberación el efecto alterno de la opinión puede falsear la realidad e influir sobre cualquier proceso social. En consecuencia, las encuestas ofrecen una guía fiable para los políticos, porque detectan preferencias en la población y que además evolucionan de manera regular y coherente.
En este sentido, podemos concluir que:
Lo medios de comunicación actúan como maquinarias que garantizan a las elites el consenso social y el beneficio empresarial.
Existe homogeneidad, politización y mercantilización del discurso público a favor de los intereses partidistas y de grupos económicos.
Los medios impiden la toma de conciencia de las masas inoculándolas en una frontera de un conocimiento falseado y manipulado por el hecho noticioso.
Existe una especie de pseudo-identificación entre el individuo vs. medios de comunicación generando una falsa conciencia o una conciencia mediática producto de la dicótoma antagónica entre información y formación.
La opinión pública juega un papel importante e influyente en las decisiones e intenciones de conducta de una persona o colectivo, orientando la deliberación pública y la voz del pueblo hacia una realidad que pudiera estar o no falseada.
Los medios producen y reflejan la opinión pública en general, con principios propios al margen de los acontecimientos, imprimiendo movimiento y ritmo al debate político y buscando acoplarse a la atención del público.
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Bingo! Haz dado nell clavo, un post sustancialmente claro y completo, en hora buena!
Asi decia un famoso periodista, premio Pulitzer,- " Si no lees prensa, no estas informado. Y si lees prensa como el NY Times, The Washington Post, The Guardian, ectc, estas desinformado!