Respetables lectores… En mi afán motivador de enriquecer el proceso educativo conservacionista de todos vosotros, y seguir creando lazos de amistad con personas que les gusta defender la naturaleza, poniendo un “granito de arena” en el fortalecimiento de los valores humanos, los cuales hacen amar y sentir lo hermoso de vivir en este planeta, con aire limpio y purificado, en plena paz y armonía con el universo. Me permito mostrarles las conclusiones de mi trabajo ecológico, para que pueda, cada quién, formar parte de esa conciencia naturalista de conservación y valorar nuestro ecosistema con el debido respeto y dedicación que se merece.
Imagen y texto son de contenido libre GNU (CC0)
Durante más de cuatro mil millones de años, las únicas fuerzas que han intervenido en los cambios climáticos de nuestro planeta han sido dos cuerpos celestes: la estrella más cercana a nuestro planeta, el Sol, y el propio planeta Tierra. Sin embargo, ahora, lo que en otros tiempos podría considerarse imposible, la humanidad también está interviniendo en el clima con su desarrollo incontrolado, y no precisamente para el bien del planeta.
La luz del Sol, imprescindible para la formación y desarrollo de la vida en la tierra, fue capturada hace millones de años por plantas y animales, los cuales fueron enterrados por cataclismos naturales (en plena evolución terrestre), que al pasar millones de años, se han convertido en grandes depósitos de recursos naturales no renovables, que se utilizan como energía para la comodidad de la vida contemporánea. El ser humano, ha descubierto la forma de acceder a estos depósitos y extraer de ellos: carbón, petróleo y gas natural para quemarlos, y así, producir la energía que mueve a la sociedad del mundo moderno.
La combustión de estos productos en centrales hidráulicas, fábricas, automóviles y hogares, libera dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera. Cuando el CO2 transportado por el aire, absorbe calor y, en consecuencia, calienta la atmósfera; se dice que se está produciendo el efecto invernadero.
“El efecto invernadero es un fenómeno natural que ocurre en la Tierra gracias al cual la temperatura del planeta es compatible con la vida. El proceso es similar al que se da en un invernadero utilizado para el cultivo de plantas, pero a nivel planetario…” ✱Concepto
“El efecto invernadero es el calentamiento del clima que se produce cuando la atmósfera atrapa el calor que irradia desde la Tierra hacia el espacio. Ciertos gases en la atmósfera se asemejan al vidrio en un invernadero, permitiendo que la luz solar pase al 'invernadero', pero impidiendo que el calor de la Tierra escape al espacio. Los gases que contribuyen al efecto invernadero incluyen vapor de agua, dióxido de carbono (CO2), metano, óxidos nitrosos y clorofluorocarbonos (CFC)…” ✱NASA
En la montaña de Mauna Loa (Hawaii - USA), los científicos han estado midiendo diariamente, durante 32 años, el nivel de dióxido de carbono de la atmósfera de la tierra, y durante todo este tiempo, ese nivel no ha cesado de aumentar. Los niveles en 1958 eran de 315 partes por millón y en 1990, se incrementó en 355. Por otro lado, el aire encerrado en el hielo glacial de hace un siglo, sólo contenía 280 partes por millón de dióxido de carbono.
Este ininterrumpido ascenso de los niveles de CO2 es una medida indiscutible de lo que el ser humano y sus máquinas han hecho a la atmósfera de la tierra en apenas un pequeño periodo de vida de la especie humana. Muchos científicos estudiosos del clima dicen que nuestro planeta está empezando a calentarse, ya que cada vez mayores cantidades de energía del Sol están siendo capturadas y mantenidas en la fina capa de aire que nos rodea.
Por consiguiente, el causante y enemigo somos nosotros mismos. Quemando cada vez más combustibles fósiles (gasolina, gas natural, carbón, turbas, incluso madera ordinaria), estamos poniendo en el aire gases que actúan de una forma muy parecida a como lo haría un globo de cristal alrededor del planeta. Por eso, este efecto se denomina “efecto invernadero”.
En la mencionada montaña de Mauna Loa, los científicos no solo miden el CO2, sino también el metano, clorofluorcarbonos, óxido nitroso y el ozono, los cuales también influyen en el calentamiento global. Además, de todos esos componentes químicos, también se mide el polvo de la troposfera, la capa climática de la atmósfera. Todos estos datos, registrados no solo en la mencionada montaña, sino también en otros puntos geográficos importantes para la investigación, situados en medio del océano Pacífico, en Alaska y en el Polo Sur, sientan las bases sobre lo que los climatólogos aventuran sus conclusiones para el futuro del planeta y de la humanidad.
La temperatura media de la Tierra se ha incrementado, aproximadamente, medio grado desde el año 1800. A finales del siglo XX, en la década de 1980, se conoció los seis años más calientes de todos los registros climáticos. Sin embargo, algunos investigadores argumentan que este aparente calentamiento de la tierra puede ser solo un ascenso temporal y que ya antes se han producido periodos de calentamiento de forma natural sin que en ellos haya intervenido el ser humano, por lo que todavía no hay evidencias definitivas de un cambio a largo plazo.
Del Sol proviene la fuerza que dirige y determina toda la vida de nuestra tierra:
- El crecimiento de las plantas en la naturaleza
- La cadena alimentaria de todas las criaturas vivientes
- La formación de bosques, praderas y desiertos…
- Los vientos, las lluvias y el clima del planeta
- Las corrientes oceánicas
Nuestra estrella, el Sol, arde incesantemente sin apenas variaciones. Cada vez resulta más claro que los efectos del Sol sobre nuestro planeta están cambiando. Nuestro único hogar puede estar en proceso de calentamiento y casi no sentimos lo que está pasando, ni sabemos lo que debemos hacer para solucionar la situación.
La energía de nuestro Sol realiza sobre la tierra el “milagro” y denominado proceso de la fotosíntesis. Con la fuerza de la luz solar, las plantas “verdean” con la clorofila combinando el dióxido de carbono del aire con el agua del suelo (mar), en carbohidratos ricos en energía, liberando a la atmósfera el oxígeno que necesitamos para respirar.
Se trata del mismo proceso que siguieron las primitivas bacterias del océano hace más de 4.000 millones de años, produciendo suficiente oxígeno para permitir que se desarrollaran varios tipos de vida sobre la tierra. Es el mismo proceso (todavía mal entendido) que hace crecer el maíz, la hierba de las praderas, los bosques y/o selvas como el Amazonas; el minúsculo plancton flotante en el agua que sostiene o alimenta la vida marina en todo el planeta.
Sin dióxido de carbono en la atmósfera, la vida, tal como la conocemos, sería imposible. ¡No podríamos existir!
Aproximadamente la mitad de la energía radiante que almacena el planeta procede del Sol, gracias a las ondas cortas, pasa a través de la atmósfera y llega a la superficie de la tierra. Pero las ondas más largas de calor que rebotan en la tierra hacia el espacio son absorbidas por el vapor de agua, el dióxido de carbono, otros gases y nubes, calentándose la atmósfera. Sin el efecto invernadero la tierra se enfriaría (por lo menos 15 grados) y no habría más vida que en Marte.
Retrocediendo a la época glacial hace unos 20.000 años, la temperatura de la tierra promediaba unos 4,5 grados menos que hoy. El nivel de dióxido de carbono era sólo de 190 a 200 partes por millón, como reflejan las muestras de hielo antiguo de Groenlandia y la Antártida. Conforme se deterioró el hielo, el nivel de CO2 ascendió gradualmente a unas 280 partes por millón hacia el principio de la era industrial.
En pleno siglo XXI, el nivel alcanza unos 550 a 600 partes por millón con el ritmo actual de ascenso. La perspectiva del doble de CO2 (y el incremento mucho más rápido de otros gases, como el metano), es lo que hace que los científicos estén redefiniendo sus modelos en las computadoras que ayudan en el pronóstico del clima. Además, también se está observando la duplicación de la población mundial, en un estimado de más de 10 millones de personas… Y como todas las naciones se desarrollan cada vez más y utilizan más combustible para mantener a sus habitantes en el confort de la vida moderna, la liberación del dióxido de carbono y otros gases al aire seguirá aumentando, independientemente del cuidado que se tenga o de los combustibles que se utilicen.
Con más calor y más CO2, podríamos preguntarnos el por qué no crecen más los cultivos en zonas más extremas que las actuales…
Tal vez en algunas zonas, cuanto más CO2 haya en el aire, más productivas son algunas plantas. Pero la gran pregunta es ¿qué cambios pueden producirse en las pautas climáticas del planeta?
La mayoría de los modelos climáticos muestran que en algunas regiones, al norte del planeta (Escandinavia, Siberia, Canadá), llovería más y crecerían más los arboles y los cultivos. Pero en las grandes regiones centrales de los continentes, el calentamiento podría conducir al resecamiento del suelo en verano. Sequías destructivas, como ya se ha visto en muchos países (Estados Unidos, Venezuela, Perú, Ucrania, etc.), en muchos de los cuales se hace mención del “fenómeno del niño”. Los bosques se reducirían y cambiarían con el ascenso de la temperatura y la vida silvestre tendría que emigrar o perecer.
Inevitablemente, conforme se calentaran las aguas oceánicas y el hielo de los grandes glaciales del polo norte se hundiera, el nivel de los mares subiría en las costas continentales. Y, grandes regiones de países bajos, como Bangladesh (en Asía) y Holanda (en Europa), que ya han sido víctimas y devastados por ruinosas inundaciones y tifones, serían enterrados bajo las aguas, literalmente; ciudades como Miami, Venecia, Rio de Janeiro, incluso Nueva York, serían cubiertas parcialmente por las aguas. Si la capa de hielo de la isla de Groenlandia se derritiera completamente, las aguas de los océanos subirían seis metros.
Cuando la atmósfera se calienta, retiene más vapor de agua como consecuencia de la evaporación de los océanos y de la humedad del suelo; por tanto, cae más nieve en las regiones polares, por tanto más hielo y posiblemente menores niveles del mar. Pero las aguas calentadas finalmente derretirán los bordes de los hielos polares y los océanos inexorablemente subirán.
Predecir lo que puede ocurrir al planeta si se calienta entre medio y un grado, es el mayor problema con el que se enfrentan los meteorólogos actualmente. Aún cuando ha habido ocasiones en nuestro pasado geológico en que las temperaturas fueron mayores (sin nada de hielo en las regiones polares), actualmente hay diferencias respecto a esa época. Nadie sabe si la influencia de la actividad humana romperá o hará más extremo el ciclo ordenado por la naturaleza.
Para intentar predecir los efectos de la intervención humana, los científicos estimulan matemáticamente los sistemas climatológicos del globo terráqueo. Sus ecuaciones conocidas como modelos de circulación general, son tan complejas que sólo algunos de los supercomputadores actuales pueden resolverlas. Estas ecuaciones relacionan cuestiones tales como: el equilibrio de la radiación que llega y se desprende de tierra, la circulación del aire, la evaporación y precipitación de lluvia, la capa de hielo, la temperatura de la superficie del mar; y luego intentan evaluar lo que podría pasar si el Sol brillara más en una mínima fracción o si el dióxido de carbono de la atmósfera se duplicara gradualmente, tal como se espera. El más mínimo detalle del proceso, posee la relevancia y precisión para crear cálculos tan formidables hechos por supercomputadoras y sus operadores; tan solo, como diría cualquier humano común: ¡realizar un simple cálculo para el cambio climático!
Más que hacer complicados cálculos que pronostican los cambios climáticos para los futuros días, semanas, meses y años; es importantísimo, hacer una verdadera reflexión individual de conservación a la naturaleza que nos rodea, la cual nos regala la vida que vivimos; debiendo ser expuesta a nivel mundial usando la tecnología y apoyados con las redes sociales para que todos los humanos manejemos una sola conclusión, que debe estar en condición equilibrada y cónsona con la paz y armonía en la sanación viable de nuestro planeta.
Observe el vídeo que muestra la situación del aumento de gases con efecto invernadero en la atmósfera
Fuente original del vídeo
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@grey1992
Consultas bibliográficas
- Efecto Invernadero
- Efecto Invernadero
- Gases de efecto invernadero
- Curva de Keeling
- Dióxido de carbono
- Instituto Goddard (GISS)
- Laboratorio Geofísico de Fluidos Dinámicos NOAA (GFDL)
- Información técnica sobre gases de efecto invernadero y cambio climático
- La Naturaleza emite mucho más CO2
- Captura y almacenamiento de CO2
- Dióxido de carbono en la atmosférico
- Calentamiento global
- Cambio climático
- Centro Nacional de Investigaciones Atmosféricas de USA
- Modelización del clima
- Beneficios que la sociedad recibe de los ecosistemas naturales
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