Teníamos programado visitar a un joven que es parte de nuestra comunidad espiritual, y por fin se llegó tan esperado día.
Era toda una aventura, pues tendríamos que cruzar por una parte de la cordillera central, desde el departamento del Valle del Cauca hasta el departamento del Tolima.
Dentro de lo que planificamos, nos demorariamos 2 horas en moto y 8 horas a pie; pero, nos gastamos 2 horas en moto y nueve horas a pie.
Este 4 de noviembre pasado, salimos a las 4:30 de la mañana, del corregimiento de Potrerillo, en el Valle del Cauca. Éramos 6 personas, dos mujeres y 4 hombres; por espacio de 2 horas condujimos nuestras motos hasta el sitio donde nos esperaba Alexis, nuestro amigo, para llevarnos hasta su casa. Después de un pequeño percance en uno de los aparatos, llegamos a donde nos esperaba nuestro guía amigo y después de dejar nuestros motores en una casa, empezamos nuestra larga travesía.
Las mujeres fueron privilegiadas, ya que para ellas habían transporte animal. Así que emprendimos la marcha a las 8 de la mañana.
Lo primero que me encontré en el camino, digno de hacer ser parte de la colección fotográfica de esta gira, fue un bello paisaje mañanero que nos invitaba a adentrarnos en ese cuadro para recorrerlo.
Después de media hora de camino, nos encontramos con este letrero que informaba a los visitantes, que se encontraban en un parque natural que proteje especies en peligro, como es el caso de la danta (figura en el letrero).
Llevábamos una hora subiendo, y de pronto... Al levantar nuestros rostros, encontramos una hermosa flor, que aunque estaba muy alta, logramos fotografiarla, para que quedara en el registro de fotos de este viaje.
A medida que íbamos subiendo, el aire se ponía más pesado, ya superabamos los 3000 metros sobre el nivel mar; afortunadamente no nos dió mal de altura; Íbamos preparados con agua, panela, el desayuno, el almuerzo y diferentes golosinas; una de las consignas era no dejar basura en este parque natural. Estaba emocionado, deseando llegar al páramo para conocer los frailejones. Los paisajes alentaban a seguir subiendo la dura cuesta.
Después de 4 horas de estar subiendo, por fin llegamos al primer premio de montaña, ¡ si, el páramo! Frente a mis ojos un hermoso valle de frailejones, coronado de un pico rocoso que daba una apariencia de majestuosidad.
El frailejón es vital en la producción de agua en los páramos, ya que absorbe el agua presente en la niebla y las nubes y en el tiempo seco lo devuelve al ambiente en forma de gotas agua; en estos lugares se encuentra manantiales de agua por doquiera.
Hablando de tanta abundancia de agua, nos encontramos una hermosa laguna antes de llegar a la parte más alta de nuestro viaje; se llama la Laguna Negra, y su nombre lo debe a la apariencia bien oscura de sus aguas.
Aún nos faltaba mucho por recorrer; así que, falta mucho por mostrar y contar, pero será para las siguientes publicaciones si Dios lo permite.
Los separadores de ENLACE
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