Al llegar a la ciudad te enteras de que los pasajes tanto urbano como extraurbano aumentaron de precio, muy bien pienso, me digo que quizás con este incremento los buses ahora si comenzarán a trabajar pero me equivoco. Una hora pasó esperando el transporte, un Yutong se cruza ante mis ojos full de gente pero no, no fui capaz de subirme. Porque en verdad aplica esa frase de – no le cabe ni un alma-.
Como segunda opción empiezas a llamar al único chico que tiene su moto trabajando y te acepta transferencias, te encuentras con un sistema telefónico pésimo que te lleva a marcar el mismo número más de 30 veces. Decido regresar a casa, la muestra que envían desde Caracas no es posible retirarla hoy, pero un vecino que posee un taxi va saliendo de la calle y como les conté anteriormente aquí hay que despojarse de la pena y llorar, porque el que no llora no mama. Le explico detenidamente sin marearlo mucho que me lleve, que le pago porque es urgente, y el vecino me lleva. ¡Gracias Dios!
Lo cierto es que al hacer las diligencias en cuestión te das cuenta que unos camiones trasladan a las personas en la parte trasera sin ningún tipo de protección, solo unas rejas de hierro que sostienen estas almas que de verdad se atreven a salir de sus casas. No todos comprenden la crisis del transporte así les pase frente a sus rostros. Este tipo de transporte le han denominado - perreras – cobran más de la tarifa establecida por el Sindicato de Transporte que dirige Don Benjamín Lara porque cabe destacar que la Alcaldía de Mérida hasta ahora mantiene su postura de no permitir más aumentos en el pasaje urbano. Igual siguen los aumentos, en verdad hay mucho respeto por la Alcaldía de Mérida y su alcalde Alcides Monsalve.
Estas perreras establecen sus propias rutas, rutas cortas que obviamente les permitan hacer de esto un negocio rentable y evidentemente que lo es pues el cobro lo hacen en efectivo y es aquí donde empiezas a ver los billetes que antes no habías conocido. El señor de la perrera concentrado en conducir y a su lado su compañera que es la encargada de hacer el cobro cuando la persona desciende de la parte trasera.
Como la perrera no llega al lugar donde necesitaba ir pienso, o subo caminando hasta el Sector de Milla o espero que por acto divino aparezca una unidad del sector La Vuelta de Lola pero nada. En este momento se acerca un taxi sin tatuco y con un letreo hecho a mano en un pedazo de cartón – Chorros de Milla – me acerco y pregunto ¿Señor cuánto cobra? El responde 10 bolívares mija. Entonces qué dices, para luego es tarde.
Para salir debes usar algo cómodo y es que salir implica hacer ejercicio, caminar está más de moda y no solo por cuestiones de salud sino por la deficiencia de transporte público que al parecer nadie sabe dar una respuesta concreta. Aumenta el pasaje pero las unidades siguen siendo fantasmas y si ves una cada par de horas es una aparición, el agotamiento del ciudadano es extremo. Ayer antes de bajar a casa fui al Sector El Ramiral donde se supone que den estar las unidades y la cola era tremenda, pero más ese aire de cansancio de frustración e impotencia. No, no merecemos esto, la vida no puede ser pensar en si llega o no llega el bus. Si pasa o no pasa la perrera.
Cierto es que esta gente de las perreras aprovechó el escenario para sacar dinero y la gente ante la ausencia de un servicio de calidad opta por subir a estos vehículos y cuando los observas parece sacado de una imagen de alguna película o de internet. ¿Qué viene luego de esto? La gente aguanta y aguanta pero en algún momento el hilo revienta.
Hasta chao.
Que vida de perro llevamos ahora
Bueno, a los perritos siempre les ha tocado echar patica. A menos que sus padres humanos tengan carro. Saludos
Tristemente cierto, Dayran. Aquí en Caracas también se ven, pocas pero se ven. Así como también los camiones cava como que si la gente fuese carne de res congelada que llevan directo a las carnicerías. De verdad qué lamentable todo esto. Espero que esta dura realidad que estamos atravesando los venezolanos -en todos los aspectos-, de verdad cambie. Así no podemos seguir.
Por cierto, hubiese sido chévere que colgaras una o dos fotos de las perreras para aquellos que no sepan de qué se trata (aunque los venezolanos sí sabemos).
Un abrazo y te sigo de vuelta.
Hola Lenys, un placer. Gracias por tu comentario y lo de la foto es verdad, solo que a veces no me atrevo a sacar el teléfono en la calle. Pero lo tendré en cuenta. Muchas gracias.
Gracias a ti por este post. Nuuu, yo tampoco me atrevo a sacar el tlf en la calle, eso ni pensarlo. Pero puedes bajar una foto referencial de Internet.
Gracias nuevamente por la sugerencia. Perfecto
Efectos de la Hiperinflación...
Ciertamente. Saludos querido.