Para los filósofos estoicos la felicidad tenía que ver con fluidez y apego a lo natural. Para Aristóteles, virtud. Para Epicuro, placer. Para el contemporáneo Fernando Savater se trata de «cultivar un espíritu alegre». Visiones diversas pero que nos dejan palabras clave: fluidez, naturaleza, virtud, alegría y placer. Yo le agregaría confianza, vista como seguridad en lo que hacemos o como fe.
Algunos de estos términos han sido desgastados por su uso demagógico y repetitivo. Sin embargo, como guía son tremendamente poderosos. Si bien sabemos que la fe o la confianza se pueden perder momentáneamente, también es verdad que tendemos a recuperarla una y otra vez. La virtud, según mi punto de vista, es un ideal. Pretender ser «virtuoso» nos suena quizás anticuado o pretencioso. Estoy de acuerdo (sonrío). Son esas cosas que hay que evitar creerse. Decir «soy humilde» o «soy virtuoso» suele revelar lo contrario. Sin embargo, mantener interna y tenazmente la idea de la virtud y de la humildad como referentes es muy útil para cultivar relaciones de confianza y hacer que el diálogo mental con nosotros mismos sea más amable. Ya ven que, como siempre que hablamos de felicidad, se trata de un cóctel de ingredientes que varía bastante de un ser humano a otro. En lo que coincidimos es en que la felicidad es una condición que a todos nos gusta y gracias a la cual la vida tiene un sentido más allá de la supervivencia. Y quizás una de sus claves de acceso está en el poder de la reflexión y la filosofía.
Feliz día!
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Siempre me gustó el concepto de la eudaimonia , de Aristóteles
Buen post!!
Interesting Stef :D
vaya buen aporte a ver
que buen post amiga sigue asi
muy interesante :D