Aquellos que bailaron en medio de multitudes sin ninguna melodía la cual seguir, fueron llamados locos. Siendo juiciados, poco aceptados y víctimas de múltiples murmullos. Cayendo, incluso, en los errados estereotipos de una sociedad carente de moral.
Siguieron con su danzar
La aglomeración mira con desdén a aquellos locos, y aún espectando la escena, no tenían ni la más remota idea de lo que allí yacía:
El la miraba con detenimiento, aislando todo a su alrededor, convirtiendo aquellos ojos en su universo infinito. Mientras que ella, comandaba el baile, causando furor en a su pareja en cada paso. Ambos totalmente seducidos por el brillo de sus alma, las cuales danzaban al ritmo de una tenue melodía que retumbaba en su ser. Latidos de corazón sonando al unísono, como programados para hacerlo, como hechos a la perfección para crear la perfecta armonía dentro de un compás.
Sin dudas estaban locos, si, pero locos enamorados.