Los basureros viajan a través de los ríos y océanos del mundo, acumulándose en playas y dentro de giros. Estos desechos dañan los hábitats físicos, transportan contaminantes químicos, amenazan la vida acuática e interfieren con los usos humanos de los entornos fluviales, marinos y costeros.
De toda la basura, la basura plástica tiene el mayor potencial para dañar el medio ambiente, la vida silvestre y los seres humanos. Se puede encontrar flotando en la superficie, suspendido en la columna de agua o en el fondo de casi todos los cuerpos de agua.
Es transportado por los ríos al océano, donde se mueve con las corrientes, y es comido a menudo por los pájaros y los peces, concentrando químicos tóxicos en sus tejidos y llenando sus estómagos, causando que se mueran de hambre. Los desechos acuáticos plásticos son mucho más que un simple problema estético.