Cuando las ilusiones pesan más que la racionalidad le llamamos amor.
Cuando las irrealidades se tornan deseos, le llamamos amor.
Cuando los medios no son adecuados para la prevalencia de dos seres, le llamamos ‘ser fuertes’.
Cuando las circunstancias no están dadas, creemos que seguir intentando es la solución.
Cuando amamos a alguien y creemos que nos corresponde, le llamamos felicidad.
Pero, ¿qué sucede cuando todo debería darse como quisiéramos, siempre y cuando las condiciones y el contexto sean favorables, y cuando esa persona también te ame recíprocamente?
…
—Nada, eso nunca pasa.