“Friends before hoes”.
Pero entonces te enamoras de la perra
Y de la nada estás también como un perro dando alaridos a la fría noche de los tiempos,
Reptando por las arterias principales donde gotea la miel de todo el vértigo de las ciudades
Y hay párpados que reposan perdidos en el gran paraíso babilónico.
Entre aquel bullicio
Empiezas a sentir cómo se te envenena la sangre
Del amor líquido de donde se tejen los sueños,
Sueños que endulzan la sangre,
La humedecen,
La hacen más gruesa,
Más roja y caliente.
Finalmente se te dibujan en los ojos
Universos pictográficos,
Cuerpos de oro,
Ojos que sueñan abiertos el alba
Y se reconocen en el ósculo
Y desesperados a muerte confiesan al viento que la vieja fortuna está de su lado:
“¡Auuuuu, la fortuna de tenerte!”
FIN
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