He caído en la demagogia de tus labios,
gobiernas tirana a mi pobre mente,
mi alma muere de sed y hambre de tí.
Corrompes mis horas de sueño.
Tu sonrisa promete de todo,
pero a la mera hora,
solo es circo y maroma.
Mas mi cuerpo te vuelve a elegir
casí siempre por desición unanime
en un proceso turbulento
que apaga todos mis sistemas.
Mi razón esta en guerra
contra la adicción de tu voz,
pero termina abatido.
El contrabando de tus silabas
llegas hasta el más recondito nervio.
Cada día me levanto en armas
contra tu reinado absoluto
de tus suaves y dulces manos,
que me ha quitado la soberanía
sobre mis actos y mi alegría.