La temperatura aumenta y poco a poco desvanece el hielo
que gota tras gota va mostrando la belleza del campo,
floreciendo los capullos que estaban dormidos debido al frio invierno.
La insípida blancura se va transformando en magníficos colores que dan vida a la naturaleza.
Tú en mi vida fuiste la primavera que floreció el amor que estaba congelado,
le diste aroma a mi ser
impregnando la felicidad como perfume floral,
al ver las rosas crecer veo nuestra vida tomando forma,
de una manera hermosa y envidiable por los demás
por ser única y especial.
La primavera trae consigo la vida,
y la vida el poder de la tierra
sin la vida no existiría nada
y sin ti yo no tendría sentido para vivir.
Eres mi fuerza y mi sustento el néctar que alimenta mi espíritu.
En mi afán por hacerte reír y verte feliz
es como la labor de las abejas por recolectar polen y hacer la miel.
Ese endulzante natural que nos hace desear comer directo del panal.
Contigo me siento como en una primavera eterna
que nos va llenando de amor cada día
porque como la flor abre sus pétalos y saluda al sol para tomar su energía
así sucede cuando me abrazas y me amas,
mi transmites tu luz y alegría que me hace amarte todo el día.
Al recorrer el campo vi tantas flores
pero me parecían tan comunes que no deseaba ni tocarlas
por eso decidir seguir caminando
hasta que llegó el momento que me impactó la belleza de una flor,
única en su especie y destacada sobre las demás
que con el viento danzaba y hacia un gran espectáculo sólo para llamar mi atención.
En ese momento el tiempo se detuvo
al ver cómo nos acercábamos
contradictoriamente mi corazón latía mucho más rápido de lo de lo normal
mientras mis ojos te veían tan lento
que pude detallar cada minúscula cosa de ti
cuando te tuve cerca quise arrancarte de raíz
pero no me pareció justo para ti
así que decidí convertirme en tu protector
regándote con el agua de mi amor
y darte la luz de mi vida.