Así como brisa suave que pasa por el jardín de flores, e impregna todo el lugar con el olor de las mismas, llegaste tú y entraste desapercibida, sigilosamente por los agujeros de mi profundo ser, y sin darme cuenta te tenía dentro de mi, de mi mente, de mi cuerpo te apoderaste de todo este pobre ente que ahora sólo vive esclavo, de este amor que siento por ti.
Ahora bien.
¡Dime oh dueña de mi corazón!, si así como brisa suave llegaste, ¿como brisa suave te irás?, si me dejas, como flor que deja ir su olor para compartirlo por nobles razones estaré bien de que por lo menos, pude tener la dicha, o no, de ser tocado por ti. Pero, si me dejas por simple recorrido natural, pues entonces esperaré con fe, esperanza de que aquel amor implantado en mi también se marche y pueda yo dar brillo de mi renacer.