Quiero darte gracias, Virgen María,
por tenerme en tu regazo,
por tenerme entre tus brazos
y amarme y protegerme cada día.
Tu espíritu de Madre bondadosa
ilumina nuestra vida.
Sin pecado concebida
Tú eres, Reina Misericordiosa.
Madre de Dios, hágase tu voluntad,
danos fe, paz y cariño
como distes Tú a tu Niño,
y que venga a nosotros tu humildad.
Madre mía, en lo alto del cielo
tienes todas las virtudes
y hasta nosotros acudes
cuando necesitamos tu consuelo.
¡Oh Madre piadosa, Virgen María!,
gran ejemplo de dolor,
queremos sentir tu amor
y tener siempre tu compañía.
Amén.
GRACIAS MADRE CELESTIAL