MUJER
Pienso en la flor, y te pienso:
tan blanca, tan roja o tan bella,
guardando ese centro aromático
que acumula el néctar de la vida y de la luz.
Pero también te pienso cual mar,
rugiente, enorme, altiva, arrolladora.
Capaz de ser sublime y fuerte a la vez.
Y estás en el azul infinito del cielo,
imagen y espacio para la libertad.
También te observo en la montaña:
diversa, frondosa, verde, vigilante.
Te oigo en el rugir del viento,
el rumor del río, el canto de las aves,
en el grito sordo de tus silencios pocos.
Tu palabra, tu caricia y tu mirada
están en todo, siempre cerca.
Por eso, mujer, eres mágica,
inigualable, trascendente, única.
Ninfa Monasterios Guevara
07-03-07