Un día, cuando los empleados llegaron a trabajar, encontraron en la recepción un enorme letrero en el que estaba escrito:
“Ayer falleció la persona que impedía el crecimiento de usted en esta empresa, está invitado al velorio”
Al comienzo, todos se entristecieron por la muerte de uno de sus compañeros.
Pero después comenzaron a sentir curiosidad por saber quién era el que estaba impidiendo el crecimiento de sus compañeros y la empresa.
La agitación era tan grande que fue necesario llamar a los de seguridad para organizar la fila en el velorio.
Conforme las personas iban acercándose al ataúd, la excitación aumentaba.
¿Quién será el que estaba impidiendo mi progreso?
¡Qué bueno que el infeliz murió!
Uno a uno, los empleados agitados se aproximaban al ataúd, miraban al difunto y tragaban saliva.
Se quedaron unos minutos en el más absoluto silencio, como si les hubieran tocado lo más profundo del alma.
Pues bien, en el fondo del ataúd había un espejo, cada uno se veía a si mismo, con el siguiente letrero:
Sólo existe una persona capaz de limitar tu crecimiento:
¡TU MISMO!
Tú eres la única persona que puede hacer una revolución en tu Vida.
Tú eres la única persona que puede perjudicar tu Vida, y tú eres la única persona que se puede ayudar a sí mismo.
Tu Vida no cambia cuando cambia tu jefe; cuando tus amigos cambian, cuando tus padres cambian, cuando tu pareja cambia.
“TU VIDA CAMBIA; CUANDO TU CAMBIAS. ERES EL ÚNICO RESPONSABLE POR ELLA”
¡Examínate y NO te dejes Vencer!
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