Cómo acompañar un "bad trip" o mal viaje con sustancias psicodélicas

in #psicodelicos7 years ago


Imagen: Julia (Dyversions)

"Bad trip (literalmente «mal viaje»​ en inglés) es un término que designa una crisis psicodélica, es decir, una experiencia inquietante por lo general asociada al uso de una droga psicodélica como LSD, salvinorina, DXM, mescalina, psilocibina, cannabis, DMT e incluso a otras drogas como alcohol y MDMA. Sus manifestaciones pueden variar desde sentimientos de vaga ansiedad y alienación hasta profundos estados trastornados de terror descontrolado, de aprisionamiento o de aniquilación cósmica. Los especialistas en la comunidad de terapia psicodélica no consideran que las experiencias desagradables sean necesariamente amenazantes o negativas, sino que hacen hincapié en su potencial de ser altamente beneficiosas para el usuario al ser debidamente resueltas. El mal viaje puede ser exacerbado por la inexperiencia o irresponsabilidad del usuario o la falta de un ambiente debidamente propicio para el viaje, y son los reflejos de tensiones psicológicas no resueltas que se disparan durante el curso de la experiencia" (fuente: Wikipedia).

Cuando se utilizan sustancias psicodélicas, y a veces sin ellas (en ocasiones el detonante puede ser la música, la falta de sueño o la estimulación sensorial), hay casos en los que el volumen de información inconsciente que emerge a la superficie resulta tan traumático y descomunal que impide a la mente del viajero digerir la vivencia, dando lugar a las llamadas emergencias espirituales, caracterizadas por episodios transitorios de diversos tipos de alteraciones psíquicas. Bien resueltas, estas experiencias constituyen una inmejorable oportunidad para permitir cambios profundos en los hábitos de vida de una persona.


Imagen: amy elise

Reducción de los estímulos sensoriales
Que no cunda el pánico. Lo primero que debe hacerse en caso de presenciar una emergencia es mantener la calma y reducir en lo posible el número de estímulos que recibe el navegante mental (se pueden utilizar antifaces para dormir o tapones para los oídos, si la situación lo requiere y siempre con el consentimiento del viajero), creando un espacio cómodo y seguro donde la persona pueda resolver sus conflictos sin perturbaciones del exterior. Recordar que se trata del efecto de una sustancia y que remitirá en cuestión de horas evitará en muchos casos la visita al hospital.

Facilitar no significa guiar
El único médico o chamán capaz de sanar las propias dolencias es siempre uno mismo. La serena y tranquila compañía, casi invisible, de una persona de confianza, preferiblemente con experiencia práctica, puede servir de inmensa ayuda en los peores momentos, pero en ningún caso debe proyectar su material inconsciente sobre el individuo. Acompañar en el trayecto, en silencio, desde su centro, dejando espacio a la experiencia, sin guiar, en actitud de servicio y escucha, atento a las necesidades del viajero psicodélico, respirando, respirando…

Amor, empatía y respeto
Lejos de juzgar al agente de su crecimiento espiritual, la tarea del facilitador consiste en dejar fluir el torrente de energía liberada, sin luchar contra ella, permitiendo que ocurra lo que haya de suceder (salvo en casos puntuales, como agresiones, violencia sexual o riesgo evidente de peligro físico), esgrimiendo elevadas dosis de amor, respeto y empatía. No se trata de provocar un aterrizaje forzoso, sino de liberar las emociones reprimidas, limpiar las raíces, sanar y perdonar los traumas, que la persona empuñe las riendas de su nave y surque con el mínimo riesgo las turbulencias de su mente. Un buen facilitador también ayudará al viajero en la integración posterior de la vivencia.

En palabras de ICEERS, "integrar significa dar contexto a la experiencia para que podamos encontrarle un sentido en nuestra historia personal y así resolver el contenido de la sesión que ha quedado sin completar. Habitualmente esto es suficiente para poder retomar nuestra vida diaria, aunque en ocasiones se hace necesario seguir un proceso terapéutico más prolongado".

Fases del viaje psicodélico
En términos generales, el efecto de cualquier sustancia psicodélica atraviesa tres etapas claramente diferenciadas: la subida, generalmente gradual; una fase más o menos larga en la que, con posibles oleadas, se estabilizan los efectos (aquí es donde suelen originarse la mayoría de situaciones difíciles); y una última fase de descenso hacia un estado de sobriedad.


Imagen: "Psychedelic LSD trip" (Jonathan Zegarra).

Con los pies en la tierra
El primer paso para volar es saltar al vacío, dejar de luchar, rendirse, aceptar, amar y perdonar aquello que causa dolor. Y soltar lastre, limpiar la programación mental destructiva (en ocasiones acompañada de purga física), fortalecer las raíces para que se eleven las ramas. Posteriormente, una música relajante, una ducha, una suave meditación o un ligero masaje pueden hacer conectar con el cuerpo, suavizando el aterrizaje.

Cada persona es un mundo
Cada caso es único en sus circunstacias, por lo que no existen reglas fijas a la hora de ayudar en situaciones difíciles, con o sin el uso de sustancias. El mejor consejo consiste en practicar la escucha, ser en el aquí y ahora, en calma, con paciencia, para amoldarse a las necesidades específicas de cada caso particular y poder aprender de ello. Amor, hacia todos, y hacia todo, todo el tiempo.

Ayuda profesional
En Europa, la fundación ICEERS, con sedes en Barcelona y Rosendaal (Holanda), ofrece un servicio gratuito y confidencial de información personalizada, apoyo y orientación para que cada individuo pueda encontrar sus propios recursos en el proceso de integración. Según afirman en su página web, "una preparación insuficiente junto con una sesión difícil o mal resuelta pueden provocar que después de la experiencia tengamos dificultades en volver a nuestra vida cotidiana. Podemos sentir que nos hemos quedado atascados en un espacio incómodo en el que puede haber ansiedad, depresión, manifestaciones somáticas, emociones intensas u otros efectos adversos difíciles de gestionar. En tales casos es necesario llevar a cabo un buen proceso de integración para poder superar estas dificultades".

Por su parte, en Estados Unidos, Zendo Project trabaja en la reducción de daños psicodélicos con una variedad de métodos que ayudan a prevenir y transformar las experiencias difíciles que tienen lugar durante los estados no ordinarios de la consciencia.

Recursos
Psicoterapia con psicodélicos: historia, teoría y práctica (Iker Puente)
The Manual of Psychedelic Support
Psychedelic Harm Reduction Training Manual

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