Pateando muelle - parte 1

in #relato7 years ago

Puerto de Mar del Plata, Enero del 2004, en los galpones...:

La rutina diaria consistìa en desperdigarse por el puerto o las zonas aledañas y conseguir alimentos, ya sea sobras de las comidas en los buques, -esto era lo mas comùn-,o latas o pan o lo que fuere para llevarlo de nuevo al galpòn y allì juntar todo y componer las vituallas. Esto era respetado como un còdigo por la razòn de que si uno no conseguìa garronear nada en la jornada, la ley del galpòn le aseguraba un mìnimo de alimento, y asì en corresponencia uno se obligaba a llevar a la comunidad lo obtenido cuando era afortunado, todo esto apoyado por la circulaciòn de informaciòn en el puerto o el chusmerìo que harìa a un cocinero verificar que la bolsa consorcio llena de cerdo al horno o las ollas de fideos con tuco que habìa dado a algun marucho , hubieran alcanzado el destino comùn, pues el garroneo siempre se hace "para los compañeros". A la par que realizàbamos estas recolecciones o mangueos, preguntàbamos si habìa alguna vacante a bordo en los pesqueros, o importunàbamos una y otra vez a los armadores de las empresas que andarìan alistando algun barco, para obtener un lugar en la tripulaciòn. Era difìcil, habìamos muchos pateadores, cada dìa mas, y la frase "tenemos todos efectivos" era proferida con anticipaciòn por el hombre que al vernos acercarnos subìrìa ràpido a la camioneta Toyota blanca para proseguir su trabajo lejos de los molestos sucios y malolientes.
Una tarde noche, de una semana que venìa siendo de escacez, me acerquè con sigilo a un potero en un lugar apartado del muelle, era un barco que apenas si registraba actividad durante el dìa, era la època previa al inicio de la campaña, en Enero, y los barcos empezaban a ser acondicionados para la zafra, pero este pesquero parecìa medio olvidado, no obstante siempre habìa luz por la noche. Me fuì acercando y saltè a la cubierta, nadie vino al encuentro, no habìa marinero de guardia, girè la manivela de la compuerta estanca, y abriò sin problemas, caminè con cuidado, bajè por la escalera hasta la cocina, apenas un dèbil foco iluminaba el comedor, en una de cuyas mesas habìa dos platos , en uno de ellos habìa media costeleta, la agarrè automàticamente y con los dientes le saquè la carne que tenìa, estaba sabrosa, fuì hasta la cocina que estaba al lado, y agarrè otra costeleta entera que estaba en una fuente, junto a una ensalada, de repente se encendiò una luz central y desde el pasillo de camarotes apareciò un gordo pelado gigante, en bermudas y en cuero, en ojotas, con una barreta en la mano derecha y la cabeza inclinada hacia a delante con ferocidad, los ojos enrojecidos, :
-"Que hacès hijio de puta?..- preguntò retoricamente el gigante calvo ya alzando la barreta
me quedè paralizado medio segundo, corrì hacia arriba por la misma escalera y saltè hacia el muelle y una vez en tierra, viendo que el gigante no me perseguìa, me fuì caminando de vuelta al galpòn, comiendo la segunda costeleta , estaba deliciosa, salada, bien hecha, echè de menos la ensalada.
La mañana siguiente nos despertamos todos con un grito y un ruido confuso, dormìamos en colchones que habìamos conseguido de los barcos, alineados contra la pared , igual que en los hospitales. Piter ya estaba despierto y levantado, hablaba con Cristian , que habìa llegado desde Rosario, Cristian gritaba y emitìa una risa espàstica, balanceaba el cuerpo y daba un paso a los costados y volvìa mientras le contaba al Piter noticias sobre Rosario y las dos hijas de èl, del Piter. Cristian no se quedaba quieto y el pelo al estilo Lennon en los 70 le bailaba por el rostro dejando ver dos ojos estràbicos, eran un rostro y una estampa que no inspiraban confianza mas bien cuidado.Piter hizo las presentaciones de rigor, nos dimos la mano , y siguieron hablando, Cristian insistìa en ir a la playa con Piter a fumar porro que habìa traìdo de Rosario, y Piter le decìa que no, que no tenìa ganas, pero Cristian insistìa:
-"Daaaaale Piter no seas puto, daaaaalee"-
-"No-tengo-ganas Cristian dejame de joder-"
-"Daaaaaaale boludo hace cuanto que no nos vemos ? daaaaale"-
-·"Uy loco ya te dije que no, aguantà , andà buscate un colchòn algo, te vas a tener que acomodar"-
Cristian sacò del bolsillo una navaja desplegada y la arrojò contra una pared lejos de donde habìa gente durmiendo, la navaja rebotò y cayò al suelo, Cristian mirò a todos, fuè a levantar su navaja y saliò hacia el muelle.
Pasaban los dìas , se acercaba el inicio de la campaña, y la poblaciòn de los galpones crecìa, y nadie conseguìa embarque, "estamos completos", "tenemos tripulaciòn efectiva". Una noche uno de los vagos regresò contento al galpòn, diciendo que habìa conseguido una changa en las lanchas amarillas, las que pescan diariamente y salen de la banquina de Mar del Plata, allì donde los turistas se sacan las fotos con los lobos marinos, habìa ganado muy bien para ser un dìa de trabajo, dijo que habìa estado en la banquina muy temprano a la hora de zarpada de los barquitos, a las 4 de la mañana, esperando se produjera una vacante de ultimo momento, y habìa tenido suerte, y dijo que era habitual que se produjeran esas vacantes, y nos dijo que le imitàramos, y que el ùnico requisito era ir con unas botas y equipo de agua listos , ya que los marineros en esos barcos llevan siempre su equipo y sin equipo no te subìan..La mañana siguiente empecè a caminar, puse rumbo a la escollera norte, pasando la base militar, allì se decìa que habìa amarrado un pesquero ruso, y habìa escuchado que algunas veces subìan marineros argentinos.Era algo improbable pero yo querìa saber si el barco mismo existìa.Lleguè a la escollera, me metì al muelle por debajo de un alambrado, nadie controlaba el acceso. El barco ruso existìa, pero estaba inactivo, arrumbado.A unos metros, habìa amarrado otro potero,(los que pescan calamar), el barco era bastante nuevo, estaba en muy buenas condiciones, se me ocurriò que podrìa robar unas botas de agua para ir a la banquina a buscar changa en los barcos amarillos. Procedì, me acerque hasta la planchada, nadie salìa a preguntar nada, era la mañana , las 9 mas o menos, me quedè husmeando un rato, ingresè al barco , nadie me detuvo, no habìa nadie, di unas vueltas por la cubierta, chequeè las portas , estaban abiertas, ingresè, busque el pañol, y encontrè los estantes repletos de botas de agua y equipos de agua, los agarrè y me aprestaba a salir, cuando apareciò un muchacho rapado, pero de contextura normal, (mas tarde comprendì porquè todos los que me interceptaban eran calvos, era la polìtica de la empresa Solimeno, por una cuestion de "higiene" obligaban a sus marineros a raparse), el marinero de guardia, me miraba y yo lo miraba a èl, con mis manos puestas en las botas y los equipos de de agua,
-"Te re zarpaste"- me dijo, yo me sentì avergonzado, no me pareciò que debiera persistir en mi criminal empresa,
-"de ùltima me hubieras pedido las cosas, ¿como te vas a meter a robar?"
-"me las puedo llevar? son para buscar changa en las lanchas de la banquina"-
-"NO!"-
-"bueno, disculpà"- dije, y dejè las botas en su lugar , al tiempo que me retiraba cabizbajo ante la mirada del enojado marinero.No era muy robusto, si hubiera querido me hubiera salido con mis botas y equipo, pero me sentìa demasiado ridìculo y humillado.
Volvì caminando a los galpones, pasando por la base, se veìan los submarinos, el aire era lìmpio y brillaba el sol en el puerto, el cielo era azul.Pasaban los dìas, y nada. Habìa tanta gente en los galpones que el sistema "cooperativo-busca" se habìa desarmado, los cocineros de los barcos no daban abasto para alimentar a los vagos, el ambiente se tornaba mas violento, habìa superpoblaciòn y anarquìa.Conseguì una changa repartiendo volantes de una casa de cambio muy cercana al puerto, me paraba en el semàforo y repartìa panfletos, me pagaban 5 pesos por dìa, con eso me compraba un cuarto de pan, 100 gramos de mortadela, y un sachè de leche, a veces querìa un cambio en la vida y suprimìa la leche y compraba salame y queso, o suprimia la comida y me tomaba tres vasos de vino en el bodegòn ese que estaba cerca del cabaret de "Pepita la Pistolera". Dejè el trabajo de los volantes, era todo demasiado lamentable. Caì en una especie de resignaciòn, apenas me levantaba de mi colchòn , y cuando lo hacìa era para dar un paseo, preguntar en las empresas, y volver de nuevo a tirarme a mirar el alto techo o dormir, a veces conversaba con el Piter cuando traìa alimentos, Piter siempre estaba de buen humor. Un dìa llegò un circo, al predio que està en frente de "Chichilo" y los bares "Recalada" y todos los comercios del puerto, o sea en medio de la zona del puerto, se instalò un circo. Se corriò el rumor que tomaban gente para instalar la gran carpa.Fuì, me preguntaron el nombre y el numero de documento.Los empleados del circo que conducìan las tareas, tenian todos la mirada apagada, no te miraban a los ojos, hablaban mirando a algun punto del suelo, estaban sin alma, algo horrible les habìa pasado. Comencè a trabajar al instante. èramos unos grupos de 10 personas con una gran maza, un martillo gigante, con el que dàbamos golpes a esas grandes estacas en las que se afirman los tientos de la carpa, o sea, ìbamos los diez, y por turnos, golpeàbamos con la maza la gran estaca hasta dejarla bien clavada a la tierra.Los mas fuertes daban hasta cuatro golpes seguidos, y pasaban la maza, cuando me tocò a mì, di un golpe, y me quedè sin fuerzas, pasè la maza, dio la vuelta, volviò a mì, di un golpe, y volvì a pasarla.Asì transcurriò mi primer y ùnico dìa en el circo.Al terminar, al cabo de unas cinco horas, cobrè, 7 pesos, y nunca mas volvì.Quedè con sendas ampollas en las manos y dolor en los brazos. Estuve dos dias sin salir del galpon.
Al tercer dìa, me dirigì al SIMAPE, el sindicato de pescadores de Mar del Plata, en donde tres meses antes, cuando recien llegara a la ciudad lleno de esperanzas, habìa hablado con un tal Fito, que , gracias a una recomendacion que yo habìa llevado desde La Plata, de un funcionario estatal, me habìa atendido y prometido embarque, para luego desentenderse por completo.
Encontrè a Fito, y le dije que estaba ya en las ùltimas, y que èl habia prometido ayudarme, le recalquè que èl me habìa dado su palabra, y le mencionè el nombre del funcionario que me habìa recomendado, un tal "Tucho Casas", yo ni sabìa quien era, pero la recomendaciòn la habia obtenido.
Fito me llevò con èl a las oficinas de la empresa "Chiarpesca",hablamos con el dueño, y conseguì embarcar en el "Chiarpesca ii" potero en alistamiento, . Me presentè en el barco, me estaban esperando, el dueño les habia avisado. En el "Chiarpesca ii", la tripulacion estaba compuesta por, el capitàn, sus dos hijos, un yerno del capitàn, (un despreciable pichòn de trepador que siempre consideraba todo con sobreactuada conformidad y optimismo, se notaba enseguida que habìa hipotecado su vida ya desde sus veintipocos años, en un noviazgo por conveniencia, y deliraba con ganancias exorbitantes despues de una campaña en la que todo irìa perfecto. Era su primer embarque, y el muy rastrero creìa que estaba ingresando al mundo de las finanzas o algo asi, no tenia idea de lo que le esperaba). El quinto tripulante era contramaestre, amigo de la familia desde siempre. El ùnico extraño era yo.Me asignaron una cucheta, sobraban en ese momento, y me incorporè a los trabajos, previo desayuno , del cual saquè todo el provecho posible.La "familia" del Chiarpesca eran unos insoportables habladores y pesados bromistas siempre denigrandose y riendo a la fuerza, sin ganas.por obligaciòn, Yo me mantenia en silencio y trabajaba. No me interesaba obtener la simpatìa de ellos, y por consecuencia, obtuve su antipatìa. Me miraban con sospechas, y por sobre todo, era tremendamente agotador escucharlos , dejando siempre bien en claro que eran los duelños del barco, acaso alguien lo ponia en duda?. Estuve tres dìas trabajando, embarcado oficialmente en el Chiarpesca, comìa bien, y dormìa en una cucheta decente, pero me sentìa cada dia peor, no obstante, valoraba la objetiva mejorìa en mi situaciòn, estaba contratado, trabajando, cotizando en la seguridad social.Por la noche al final de la jornada, el cocinero me preparaba especialmente unas pizzas o alguna comida suculenta que yo les llevaba a los compañeros del galpon. Antes de dormir todas las noches, no entendìa porquè en lugar de estar contento, me sentia cada dia mas triste, miraba por el ojo de buey, pensaba...pero concluìa que debìa aferrarme a mi nueva posicion.
Al tercer dìa, el dueño de la empresa, el que me habìa embarcado gracias a Fito, llegò al barco a traer unos repuestos, fue entonces que el capitàn, de rostro muy parecido al del tucumano general Bussi, aprovechò y le dijo , en frente mìo, que yo tenìa que trabajar con mas ganas, que si no movìa las manos ahora, a bordo en la campaña iba a ser peor, yo me sorprendì, porque sabia bien que habia trabajado cumpliendo con lo encomendado, solo que no congeniaba con ellos. Me quedè en silencio un momento, y le preguntè al capitàn
-"usted observa que no trabajè?-"
-"tiene que poner mas ganas!"_.
me quedè en silencio, ambos me miraban,
-"pido el desembarco"-
Se sorprendieron , "- pero no es para tanto , Federico"- me dijo el dueño, (era una buena persona, lo supe desde el primer momento).
-"Si pero igual, pido el desembarco"-
-"...bueno"...aguantà que te hago la liquidaciòn por los tres dias,y el capi te da la libreta"-
El dueño me pidiò lo acompañara a la oficina, me volviò a preguntar los motivos de mi sùbito desembarco, siendo que casi habìa rogado para obtenerlo, le expliquè la simple verdad, la entendiò, me pagò los tres dias de trabajo , y volvì al galpòn.Mi colchòn estaba donde lo habìa dejado, nadie se lo habìa apropiado.
-"Piter, vamos a ver a Vitico, toca en el centro, hoy"-
-"Quien es Vitico?"-
-"El bajista de Riff"-
A la noche tomamos un micro, fuimos hasta el centro de Mar del Plata, estaba a pleno, era Enero,, cuando bajamos del colectivo le dije:
-"Antes vamos a pasar por un lugar a ver unas chicas, todos los años que vengo paso, vamos a ver què ondas"
-"Dale vamos"-Era un coqueto burdel en la calle Jujuy, la puerta adornada con unas flores rojas de plàstico, y al entrar habia la tipica luz violeta y tules por todos lados, nos dijeron que esperàramos, y comenzaron a venir,
-"Hola, yo soy Tamara"..."Hola chicos , yo soy Evelin"-...
-Hola ...(el aire se detuvo) yo soy Camila..."-
-"...Caaaaamiiiiiiilaaa !..."- dijo el Piter, nos reimòs los tres , Piter, Camila y yo.
"- Despues venimos, ahora tenemos que ir a un recital"- explicamos a la señora que nos atendiò, y fuimos al show de Vitico. Eramos 14 espectadores, tomamos cerveza con Piter, Vitico diò un show impecable, como si estuviera en el Estadio Obras, disfrutaban lo que hacìan, Rock and Roll.
Cuando volvimos a los galpones, , bastante borrachos y contentos, , el Piter me dijo, :
-"Gracias loco, hace mucho no me divertìa"-
-"todo bien Piter,"-
Al dìa siguiente, me levantè a las 8 de la mañana, estaba un poco resacoso, pero me sentìa bien, pasè por el bodegòn, tomè un cafè negro doble, y fuì a visitar la casita de calle Jujuy.
Me pemitieron tomar una ducha con abundante agua caliente y jabòn.
Y conocì a Camila.

Parte 2

Conseguì embarque finalmente, en el Ling Shui 5, potero de la empresa "Muelle 8", Zarpamos de Mar del Plata, con una tripulaciòn compuesta mayormente de relevos reclutados allì en el puerto, en tanto era un barco que la empresa recièn habìa traìdo de Sudàfrica, junto a su gemelo, el Ling Shui 3..Habìa algunos efectivos de la empresa tambièn.

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