- Tenga una carta limpia, sin manchas, rastros de comida ni deteriorada, una buena sugerencia para estimular el consumo es tenerla impresa en el individual que va debajo del plato y que el cliente se ve obligado a mirar durante toda su permanencia, fomentando que se pida “algo más”.
Su deber no es solo cuidar que la mesa esté limpia, sino también el piso, los utensilios y todo lo que esté en su local, y sobretodo tenga claro que el baño debe estar igual de limpio que la cocina.
Cuando yo quiero saber si debo volver o no a un restaurant donde la comida me gustó voy al baño y si resulta que es un desastre no vuelvo más, porque en mi mente de cliente tengo claro que si el dueño no cuida “lo visible” nada garantiza que lo haga con aquello que el cliente no pueda ver.Establezca procesos de trabajo con los cocineros y controle los tiempos, porque a lo mucho un plato muy elaborado debe tardar 12’ en llegar a la mesa, si tarda más es porque algo está mal con su sistema y con sus empleados.
Ofrezca agua, panecillos o bocadillos salados o picantes gratis mientras llega la orden, eso no solo los distrae, sino que los mantiene con el paladar listo para consumir. En China incluso hacen manicura en algunos restaurantes mientras esperamos mesa y eso es porque para ellos lo más importante es que el comensal no piense en irse por tener que esperar.
Cuide las porciones y controle todo con medidas, todo el mundo dice que el negocio de la comida es uno de los más rentables pero lo que no dicen es que también es uno de los más propensos al fracaso cuando no se controlan las mermas y raciones.
Tenga claro que porque le guste a Usted no significa que le vaya a gustar a su cliente, indague, pregunte y asegúrese de que lo que está sirviendo es lo que el cliente esperaba recibir.
La comida hace mucho que dejó de ser consumida por la mayoría para cubrir la necesidad de alimentarse, pues hoy además de ello es también asumido como un placer que satisfacer, por ello asegúrese de que la estancia sea agradable y que la comida resulte ser una experiencia digna de repetirse.
Use uniformes, no importa si se trata de un puesto ambulante o de un cinco tenedores, el uniforme no solo muestra limpieza sino sobretodo orden y eleva la aceptación visual del comensal.
Use los aromas a su favor. Los grandes restaurantes usan perfumes que abren el apetito, así que analice lo que vende y busque la forma de que su local huela a ello, el olor artificial a carbón, a leña, a pan recién horneado o a fruta son olores que sumarán a sus ventas.
Finalmente, supervise y asegúrese de que sus mozos atiendan a sus comensales de la manera adecuada, cree un protocolo de atención que se repita siempre hasta que se haga ley, por ejemplo:
Saludar.
Indicar su nombre.
Dejar la carta y hacer una recomendación de la casa.
Traer los platos y desearles que lo disfruten.
Recoger los platos cuando estén vacíos o sea evidente que ya terminaron de comer.
Traer la cuenta SOLO cuando el cliente la pida.
Agradecer la visita, expresarle lo valiosa que ha sido su presencia y que los espera pronto de regreso.