"Proclamo en voz alta la libertad de pensamiento, y muera el que no piense como yo"
Voltaire
“Cada cabeza es un mundo”
Eso refieren algunos.
Y tampoco resulta descabellado, pues cuán monótono sería habitar un mundo
en el que todas las perspectivas concordaran.
Pero más aberrante resulta vivir en una nación en la que pensar distinto tenga
como desenlace una detención arbitraria, debido al afán de un Jefe de Estado
de perdurar en el poder, aún a sabiendas de que su final está cada vez más
cerca.
Tal parece que ser disidente en Venezuela se ha convertido en un delito, que
en el peor de los casos puede acabar con tu existencia producto de la
desmedida represión ejercida por efectivos militares, esos hombres y mujeres
que valiéndose de su investidura disparan a mansalva contra su propio pueblo.
Han sido muchos los caídos durante estos 100 días de resistencia, son
mártires que quedarán tatuados con tinta indeleble en la memoria de cada
venezolano que anhela un cambio; sobre todo de aquellos que rechazan de
sobremanera el fraude constituyente, que exigen respeto a la carta magna, la
liberación de presos políticos y unas prontas elecciones.
Restituir la democracia es uno de los objetivos de quienes día a día salen a la
calle a manifestar en contra de un Gobierno que está a nada de fenecer.
Por lo pronto, solo resta tener fe y decir amén para poder ver la luz al final del
túnel. Dios es infalible.
excelente post.
gracias