El estudio de 72 galaxias distribuidas en un radio de 3.500 millones de años luz alrededor de la Tierra acaba de desbaratar lo que los astrónomos creían saber sobre el tamaño que pueden alcanzar los agujeros negros supermasivos que albergan en sus centros. El trabajo, recién publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society revela, en efecto, que estos auténticos "monstruos espaciales" son capaces de crecer mucho más, y mucho más deprisa, de lo que se esperaba.
Gracias a los datos recopilados por el Telescopio de rayos X Chandra, de la NASA, un equipo internacional de astrofísicos, dirigido por Julie Hlavacek-Larrondo, catedrática de Astrofísica de la Unversidad de Canadá y la española Mar Mezcua, del Instituto de Ciencias Espaciales del CSIC, ha logrado detectar a los que probablemente sean los agujeros negros más grandes jamás descubiertos hasta ahora. Gigantes espaciales que, además, son capaces de crecer incluso más rápido de lo que lo hace la tasa de crecimiento de estrellas en sus respectivas galaxias.
El hallazgo nos ayudará a comprender mejor cómo evolucionan las galaxias, que son los componentes básicos de nuestro Universo, pero deja en el aire una intrigante pregunta: ¿Cómo pueden estos agujeros negros llegar a ser tan increíblemente masivos?
"Sabemos que los agujeros negros son fenómenos extraordinarios - afirma Hlavacek-Larrondo- . Así que no sorprende que los ejemplares más extremos desafíen las reglas que hemos establecido hasta ahora".
Los investigadores calcularon las masas de los agujeros negros analizando sus emisiones de ondas de radio y rayos X. Y los resultados mostraron que eran aproximadamente 10 veces mayores de lo que se esperaba encontrar según los cálculos previos. Además, se toparon con la sorpresa de que que casi la mitad de los agujeros negros estudiados eran al menos 10 mil millones de veces más masivos que el Sol.
Los objetos más poderosos
"Descubrimos agujeros negros que son mucho más grandes y mucho más masivos de lo previsto -afirma Mezcua-. ¿Pero son tan grandes porque tuvieron una ventaja al nacer o porque ciertas condiciones ideales les permitieron crecer más rápidamente durante miles de millones de años? Por el momento, no hay forma de saberlo".
Tendría sentido pensar que cuanto más grande sea la galaxia, más grande será también el agujero negro que merodea en su centro, pero esta relación ha resultado no ser tan simple como los investigadores pensaban. Muchos de los "superagujeros negros" detectados, en efecto, estaban en el interior de galaxias que, en teoría, eran demasiado pequeñas para contenerlos.
Para tratar de comprender por qué llegaron a crecer tanto, los investigadores proponen dos hipótesis. O bien nacieron ya grandes, y después formaron o arrastraron a una galaxia a su alrededor; o bien nacieron y crecieron dentro de la galaxia siguiendo un proceso que los científicos no han logrado aún comprender.
Para Hlavacek-Larrondo, los agujeros negros supermasivos "son los objetos más poderosos del Universo. Y para comprender cómo se formaron y evolucionan las galaxias, primero debemos comprender a estos agujeros negros".