Masturbación.

Foucault escribió: "Entonces la sexualidad es cuidadosamente encerrada. Se muda. La familia conyugal la confisca. Y la absorbe por entero en la seriedad de la función reproductora"; Es la alcoba de papá y mamá el único lugar en donde se hacen las cosas que sólo papá y mamá tienen permitidas hacer.
Los tabúes son definidos como algo moralmente inaceptable por una sociedad, grupo humano o religión; sin embargo, estarán de acuerdo en que tipificarlos es signo de aceptación, lo que nos lleva a concluir que no nos parecen tan inaceptables. Luego entonces, los tabúes son la manera de etiquetar prácticas susceptibles de juicio en una sociedad llena de prejuicios. Estas prácticas son juzgadas por ir más allá de los parámetros de lo socialmente "normal" y dado que nuestra especie tiende a sentir renuencia y rechazo hacia lo "anormal", prácticas como tatuarse, la sodomía, la menstruación, y la masturbación (por mencionar algunas) son un hecho social, pero no son socialmente aceptadas. A media noche, una pareja está acostada; un non duerme y el otro non da vueltas en la cama; el non que dormía tranquilamente se ve interrumpido por los continuos movimientos de su pareja, así que le pregunta qué le pasa, a lo que su pareja responde que no puede dormir. Hay muchas soluciones que proponerle, como acomodarse bien, respirar, cerrar los ojos... en fin, pero todos sabemos que una forma efectiva de conciliar el sueño es masturbarse, y me atrevo a decir que todos lo sabemos, pues asumo que todos los que tenemos acceso a internet nos hemos masturbado alguna vez (por no incluir a los que no tienen acceso a internet, no porque no se masturben, sino porque están en estado de indefensión al no saberse mencionados). Si lees esto y nunca te has masturbado, te invito a que lo hagas. Volviendo al ejemplo de la pareja, pudo haberle recomendado que se masturbara, pero no lo hizo. El invitar a alguien a masturbarse escandaliza, ¿por qué? si es algo tan natural como rascarse cuando sentimos comezón o tomar agua cuando tenemos sed. Lamentablemente en la sociedad los términos "natural" y "normal" están peleados. La sociedad está más acostumbrada a los embarazos no deseados que a la masturbación, ya no digamos a la masturbación femenina, pues en todavía muchísimos países la ablación es algo común. Sociedades que consideran normal el mutilar el cuerpo de una niña de seis años, pero anormal el que esta niña pueda sentir placer al tener sexo o al ser violada por el esposo que le ha sido impuesto, pero eso no es un tabú.
La importancia de la masturbación va desde la reciprocidad placentera hasta un posible medio de contención para los violadores en potencia, va desde estar aburrido hasta no molestar a tu pareja cuando sólo a uno le llegan las ganas, pues masturbarse no es sólo para solteros. Otro punto importante es que el satisfacer una necesidad que es más caprichosa en la naturaleza humana que en las demás especies no debe acabar siempre en la procreación, aunque esta sea la usual respuesta a la pregunta: ¿para qué sirve el sexo?. La nuestra es la especie que, a pesar de las guerras y demás sucesos mortales que enfrentamos día a día, no sufre una merma significativa en la población. Por otro lado, tenemos un periodo de gestación cortísimo en comparación con otras y si a esto le sumamos la tendencia de destrucción al medio ambiente, también llamada "progreso", y la dedicación que desde nuestra llegada hemos puesto en la exterminacion masiva de las otras especies, nos convertimos en el animal más detestable que haya existido. Basta con imaginar lo terrible que sería el mundo si todo acto sexual debiera terminar con la fecundación.
El sexo pertenece a los tabúes sociales más grandes a pesar de ser una práćtica reconocida como normal. Este reconocimiento lo vuelve tan limitado como es de amplio. Bajo la premisa de que "el sexo es normal" se ocultan prácticas "anormales" como las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo o por vías distintas a la vagina, fetiches y demás inclinaciones sexuales, incluyendo a la masturbación en el club de los rechazados sociales. Esta práctica ha sido socialmente reservada para los hombres, especialmente a los que encuadran en el concepto de perdedor (Kick-ass, American Pie, o Morty en Rick & Morty); sin embargo, Mia no se masturba en ninguna escena del Diario de la Princesa. Esto nos lleva a una serie de limitaciones sociales que mandan el mensaje de que masturbarse es para perdedores (no perdedoras, ellas no piensan en sexo), solteros, ateos, pervertidos e inútiles sin quehacer.
Entonces, cuando tengamos ganas de masturbarnos, sabiendo el riesgo que corremos de ser llamados todo eso y mucho más (sin mencionar que alguien nos ve todo el tiempo desde arriba), ¿qué debemos hacer? Es muy sencillo: masturbarnos. Tan sencillo como preguntarse qué se debe hacer si se tiene sed. Hablar del contenido de Porn Hub como hablamos del contenido de Netflix y postear en Facebook que estamos viendo Tarzán X como si se tratara de La La Land son cosas que no suceden por temor a una hipócrita reprobación social. Ahora que si la pregunta es cómo lograr que la masturbación sea vista como algo normal, es simple: masturbarse es algo natural, al igual que dormir, y nadie siente la necesidad de preguntarse si dormir es normal.