Ya es hora de reaccionar, cuando el reloj de las dudas me despierta.
No hay vuelta atrás cuando bebé su café la conciencia.
No sé puede creer en amores que se alimentan de indiferencia y ni que decir de las horas de ausencia.
Las lágrimas deben de sesar, antes de que abandone su calma mi cordura.
La imprudencia de amar a ciegas es otra estrategia de la locura para asesinar nuestro confianza en tener un espacio para educar a la torpeza.
El tiempo es un carcelero que no conoce la ley ni las reglas del silencio para guarda sus penas.
Hoy no te puedo creer por más que el corazón me diga " En esto ahora estas sólo ".
Te quisiera jurar que sin ti me ira muy bien, pero no aprendo aún a serle infiel a la honestidad que camina descalza en los rincones de mi cabeza.
El tiempo me a volteado la espalda, ahora solo soy un simple escritor de los logros de mis tristezas.
Olvide hace mucho también que mi fortaleza estaba debilitada por las cadenas de tus ojos que me ataron a la misma hora y fecha que conocí tus perversas tretas.
Se ha vuelto una costumbre darle unas cuantas monedas a la mediocridad de tus deudas, que me dejaron en la carretera de tú historia tan funesta.
Pensé que esta vez aprendería de las caídas pasadas, pero ahora me doy cuenta que para equivocarse no existe una universidad o escuela.
El tiempo es un maestro sin teoría de la palabra, que dicta a su ritmo frenético una anécdota analfabeta.
Tengo que ser más ágil para enfrentar las teorías de un sentimiento que me inyectó una mujer bella en el lugar donde antes existían miles de promesas.
El tiempo de fracasar a caducado también, como caduca hasta ser del montón otro iluso que no cree en las diferencias.
Puede que tú seas un reina en los páramos de tus tierras, pero también tengo el mismo orgullo que con tus actitudes manejas.
Olvidaré lo que me debes, pero te pido por favor que olvides lo que alguna vez te debí yo también.
Antes de que ambos tomemos decisiones y también nuestras maletas.
