Algo que he estado observando y que forma parte de mis reflexiones cotidianas, es el tema del valor de la palabra. Me refiero particularmente al hecho de que en tiempos pasados, cuando se llegaba a un acuerdo entre dos personas, sellaban el mismo con un saludo. No hacía falta un contrato por firmar ni nada relacionado con el derecho mercantil, por ejemplo. Uno cumpliría su promesa.
Últimamente esto se ha mermado un poco. Es algo que me resulta lamentable y me deja cierta nostalgia sobre la dignidad humana y de la palabra misma. En fin, es algo que debe uno aceptar y vivir con ello. Debe uno vivir bajo la latente posibilidad de que sea uno traicionado o no le cumplan lo que se acordó. De ahí que el derecho intervenga tácitamente.
En otro orden de ideas y bajo la misma premisa del valor de las palabras, lo que si resalto es el gran momento que estamos viviendo para poder monetizar nuestras palabras, más propiamente, nuestras ideas y creatividad. En este sentido, tenemos muchas posibilidades de narrar una historia en muchos sentidos. Por ejemplo, una historia literaria, de emprendimiento y de divulgación.
Si somos capaces de escribir una historia, podemos crear un libro de ficción, auto editarlo y publicarlo por nuestra cuenta y así generar ingresos. Si creamos una historia de emprendimiento, podemos narrar y hacer partícipe al héroe que viene siendo el cliente, creándole su marca como copywriter, por ejemplo. Si incursionamos en el tema de la divulgación, monetizamos con Adsense.
Alternativas hay varias, solo falta que definamos nuestro perfil de trabajo y/o profesión. Eso sí, no olvidemos hacer las cosas con honestidad y hagamos que nuestra palabra valga, no haciendo perder el tiempo a los demás por leernos.
Lamentablemente llegamos a ese punto que necesitamos de un papel notariado para considerar cerrado un trato, donde antes la palabra era nuestra carta de presentacion y tenia mas valor que cualquier cosa.
Deberiamos volver al tiempo donde nuestra palabra no se veia afectado por ningun interes y confiabamos el uno en el otro.
Así es, estimada; debemos adaptarnos a muchos cambios, tanto buenos y malos. No queda de otra, más que ser proactivos.
Muchas cosas han cambiado entre ellas los valores. Ya no hay confianza y en muchos casos cuando se da ese voto de confianza lo rompen. Toca protegerse con medios legales. Saludos luz fermin
Claramente lo has señalado, a adaptarse a esta realidad, nos guste o no. Saludos.
Que buena publi @abnerpantoja
Te veo en la siguiente.
Hasta pronto!
Gracias, espero encuentres buenos artículos en mi blog. Abrazos.
Es cierto, es muy triste
que el irrespeto a los acuerdos se haya instaurado. Hace ya mas de 6 meses que quedaron en entregarme un pedido y todas las semanas me dicen que la semana que viene o el mes que viene con seguridad.este domingo. Y asi ha pasado el tiempo.
EL riesgo es que esas empresas que no cumplen perderán no solo un cliente sino que su reputación se verá afectada.