Me tocó visitar en esos viajes que hice con el deporte, pueblos que conservan sus casas sus monumentos, pero algo que me gusta de España, como es el caso de este pueblo Castellano que nos presentas, que lo conservan, pero también repleto de vida humana.
Así como de repente puedo hacer alguna crítica, también debo reconocer lo bueno, cómo han sabido conservar antiguas edificaciones, sin dejar de percibir los beneficios de la tecnología, las nuevas aguas que corren por el mundo.
Buen cableado eléctrico, electrónica, alcantarillado.......
Me distraigo mucho tiempo viendo tus fotografías, esta primera foto hay algo interesante, el círculo en el arco, con algo que no sé si es un escudo o un rostro, más arriba unos rectángulos que creo son de piedra, tengo la impresión que en un tiempo fueron cuatro, no tengo idea de qué son.
Me gusta ese contraste de la última fotografía, de la carreta y los muebles rojos, con un estilo totalmente diferente al entorno.
Buen trabajo, peregrinos.
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Empezando por el final, se podría decir que en esa fotografía, convergen diferentes épocas, como el bar reformado su terraza, el típico carro que incluso todavía se utiliza en muchas pequeñas aldeas y las modernas sillas y mesa publicitarias de la Coca-Cola. El círculo al que te refieres, es simplemente el adorno de un bar y para recordar, metafóricamente el Plan Marshall, pues es otro anuncio publicitario de la Coca-Cola. Los cableados, como verás y ya creo que lo comentamos en otra ocasión, siguen siendo así en la gran mayoría de los entornos rurales españoles. Pocos pueblos verás que los tengan soterrados y yo creo que ya, hoy en día, es más tradición y tozudez que otra cosa, como poner los frontones en los laterales de las iglesias. La vida en estos lugares, suele ser en los meses de verano, cuando la gente se acuerda de los pueblos porque quiere pasar unas vacaciones tranquilas o porque tienen en ellos una segunda residencia y aprovechan sus periodos vacacionales para desplazarse unos días. Pero de otoño a primavera, los pueblos languidecen y se quedan sólo los propios los vecinos. De alguna manera, pienso que hablar de ellos y mostrarlos en fotografías es, de alguna manera, ayudarlos a vivir o por lo menos, que su memoria no se pierda. Hora de rezarle a San Colchón. Buenas noches y un abrazo
Feliz sueño, peregrino