El caso de Michael Taylor

Michael Taylor y su mujer eran personas religiosas e iban a la Iglesia con regularidad. Michael comenzó a actuar de forma extraña un día por lo que su mujer le pidió al sacerdote que llevara a cabo un exorcismo. El sacerdote aseguró haber eliminado de su cuerpo un total de 40 demonios pero le advirtió que todavía llevaba en su interior el espíritu de un asesino. Cuando Michael llegó a casa mató a su mujer y a su perro. La policía le encontró vagando por las calles cubierto de sangre. Los testigos del exorcismo aseguraron que Michael se expresó en idiomas extraños, utilizó diferentes voces y que llegó a levitar. Michael despertaba a gritos en el medio de la noche, se alimentaba de carne cruda, rompía muebles en la casa, hablaba en un idioma desconocido y se carcajeaba como un loco. Lo mantenían atado a la cama con cuerdas que le lastimaban los brazos y tobillos, pero nadie se atrevía a acercársele. Durante el ritual, uno de los demonios que hablaba a través de Michael, contó que él los había invocado y que por eso tenían derecho a quedarse allí el tiempo que quisieran. También proclamó que antes de irse matarían a una persona y la llevarían al infierno .