¡Un disparo!
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¿Qué diría entonces? ¿Cuál seria nuestra próxima misión suicida? ¿Qué cosas habían cambiado?
El silencio fue incomodo... Y dijo <Estamos aquí hermanos, por primera vez unidos, decididos a lanzar el yugo... Tenemos que ser valientes hasta el final, no hay espacio aquí para el miedo, ya tuvimos bastante de eso. Para estar aquí, han demostrado tener agallas, aunque así parezca... no todos salieron a las calles, no todos se quedaron hasta el combate. Honremos a nuestros hermanos martirizados con nuestra lucha. Ninguna muerte es en vano cuando se lucha por la libertad, cuando se quiere alcanzar la verdad y se tiene dignidad, el jefe tendrá que verse la cara con sus empleados. Se dice que hay naciones que ya fueron borradas del mapa, pero eso no importa ahora, importa que seguimos con vida en este inframundo podrido y áspero. Tenemos que hacer que valga la pena. Al final de la avenida se encuentra una de las Cedes enemigas. El plan es sencillo, pero necesitaremos estar dispuestos a todo si queremos conseguirlo... Como bien saben el sustento de energía de sus naves depende de las centrales, no hace falta que explique a fondo todo lo que haremos, contamos con explosivos, somos más de docientos hombres, demosle un poco de su remedio, esta vez jugaremos a la ofensiva. Nosotros nacimos aquí, es nuestra tierra, nuestro planeta, nuestra vida y no la daremos tan fácilmente. Tal vez esto sea solo un paso que podría significar nuestra muerte, pero si logramos salir con vida de esta maldita guerra, nuestras siguientes generaciones jamas nos olvidaran. Ganémonos el derecho de vivir en la tierra. Preparen sus armas, salimos en diez minutos.>
Mi inquietud no pudo contenerse y pregunte < ¿Y los que se quedaron en el refugio anterior? ¿Qué pasara con ellos? > Con una tétrica respuesta me tuve que conformar < Por el alimento para bestias, poco se puede hacer.>
Bien... revise el revolver como si necesitara cargarlo aunque ya lo estaba, lo enfunde en mi correa. Luego de eso vi como unos 4 soldados de los que ya estaban en el estacionamiento se acercaron a nosotros y nos dieron unos abrigos secos, fue lo mejor que había pasado esa noche, tome uno. Todos oscuros con capuchas. Justo lo que necesitábamos. Me invadía la rabia, se esparcía por toda mi piel y me causaba una arrugada expresión de desprecio.
Esta vez salimos del refugio con un objetivo que parecía una sentencia de muerte. Uno tras otro, como una tropa de paz, que esta vez si estaba actuando para bien. Es inexplicable el sentimiento de orgullo. Los que estuviesen detrás de todo este holocausto tendrían que lidiar con el hecho de que hombres como nosotros estuviésemos aun de pie. Una madrugada de honor y gloria esperaba pacientemente al escuchar el avance de nuestras pisadas.
Ahí estábamos, frente a la central. Protegida por un campo electromagnético que impedía el cruce de nuestras balas. Tendríamos que entrar para lograr el objetivo. Una estructura gigante, imponente. El grupo se dividió en dos, los que entraríamos y los que quedarían afuera esperando a que la central quedara desprotegida. A nosotros solo nos protegía una vaga esperanza perdida entra tanta sangre. Una cuenta regresiva muy breve y emprendimos un nuevo viaje hacia la cara del horror.
Escalamos por un costado hasta un segundo piso, entramos por el balcón. Todos sus refuerzos parecían estar dispersos en la ciudad, uno de los soldados fue obligado a trabajar en la central para las bestias, era quien nos guiaba a lo que según el, era el reactor que controlaba la difusión de la energía a las naves y alrededor de la central. La adrenalina nos volvía a dopar con su deliciosa sustancia. Perfecta para la ocasión. Llegamos a la sala principal de aquella torre, ahí estaban las bestias, con su aspecto de parcas, centinelas del mal. Nos vimos a los ojos y luego de un instante comenzó el ataque. < ¡Muéranse MALDITOOOOS! > ráfagas interminables fundieron aquella habitación entre metal, carne y pólvora. Me asome a un lado de la columna con la que me protegía y accione mi arma en todas direcciones. El primer disparo me hizo empoderar con mas fuerza el revolver y luego todo fue un paseo. Uno tras otro cayeron. De inmediato al medio de la sala estaban en posición miembros del GAC para escoltar nuestro avance. De uno de los elevadores salieron como plagas las bestias. Fuego contra fuego, balas contra plasma y gas de la muerte. Me agache junto a otro compañero y gateamos hasta ponernos detrás de los GAC, las paredes sufrían la peor parte. Por encima del escudo disparamos hasta que nos quedamos sin balas y empezamos a retroceder. Pude ver casi en cámara lenta como paso por encima de nosotros una granada seguido de un fuerte grito < ¡CÚBRANSEEE! >. Todo lo que recuerdo es que perdí el audio y todo se estremeció de una forma brutal, no se podía ver nada entre el gas y el polvo de la explosión, no sabia donde estaba, si me cubrían aun los GAC o si alguna bestia me alcanzaría mientras que me encontraba en aquel estado.
Lentamente el gas se disipo y el polvo se acento. Mientras volvía mi audición, las carcajadas se hicieron notar. Nos vimos cada uno de nosotros con una expresión de no saber como carajo seguíamos con vida. Las bestias no tuvieron oportunidad, todos estábamos de pie... Empezamos a reír seguido de un grito de jubilo. Si habíamos logrado algo así, las bestias tendrían que cuestionarse si eran tan superiores como se creía. Caminamos entre sus nefastos cadáveres y entramos al elevador la mitad del grupo, los demás se quedarían poniendo explosivos en las plantas inferiores. Nosotros iríamos al piso 23.
Mientras subíamos en el elevador retomábamos el aliento. Pedí más balas, < Toma aquí tienes, buen trabajo nuevo > me dijo... quien sabe como se llamaba. Cargada el arma espere. Se abren las puertas, no hay ninguna abominación caminante en el pasillo, salimos rápidamente y ahí estaba, el reactor, brillando incesablemente. Debíamos apresurarnos, seguramente las naves ya estaban al tanto y por llegar. En el momento justo antes de disparar, entraron las bestias por las ventanas, de nuevo las balas cosían el aire, hiriendo de muerte a nuestro preciado oxigeno. Una granada de gas impacto en mi brazo derecho, solté el revolver y un quejido nauseabundo acompaño mi dolor, en el suelo observe el cuerpo destrozado del soldado que nos guió al reactor. No seria una muerte en vano mientras yo tuviera un poco de aliento. Tome el revolver con la mano izquierda y me uní al grupo que retrocedía en posición de defensa. Nos vimos acorralados entre las bestias y una ventana rota, la imagen de Ciudad Central en el fondo, nunca fue tan triste...
Agachados detrás de los escudos GAC, el líder amarro unos explosivos, no me había percatado de que con nosotros estaba aquel soldado de la soga, y ¿Qué creen? la amarro al borde de la ventana, luego a nuestros cinturones y la orden fue < Al lanzar la bomba disparen y salten como puedan, ¿ok? ¿listos? ¡VOYY! > No podía creer lo que estaba escuchando. Se alzo por encima de los escudos, lanzo la bomba directo al reactor y se lanzo por la ventana, todos estábamos sujetos a la soga.
Uno por uno fuimos alados, me pare firme viendo como las balas acariciaban mi delgada silueta. Trate de apuntar con la mano izquierda. El líder fue alado por la soga y luego un soldado y luego otro, y así. Apunte directo al reactor, mi pulso sufría un ataque de nervios, apreté el gatillo. Fue alado uno de los GAC. El martillo nalgueo el culo de la bala... fue alado otro de los GAC, quedaba desprotegido, la recamara estalla en un orgasmo fugaz... Ahora seria mi turno de volar, la bala sale eyaculada con hedor a pólvora. Impacta en el cráneo enemigo, explota la bomba, me ala la soga con una fuerza abismal, el fuego ardió muy cerca de mi, fui expulsado de espaldas por la ventana de aquel piso 23... Mientras estaba en el aire pude ver como el vidrio envidiaba a las estrellas, al estar de cabeza en el aire el tiempo se detuvo, y aun no puedo recordar un amanecer tan hermoso...
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