AMOR EN PRIMAVERA
Sucumbí a tus instintos, me domino con su frescura y tu suave aroma me cautivo. Me sumergí en un mar profundo de tentaciones y deseos, hasta morir en su piel.
Caminaba por un pastizal sedoso y fresco, en su esplendor se extendían flores de todos los colores. Era un lugar que desbordaba belleza absoluta y que me doblego a amarlo hasta el final de mis días. A menos de un metro se encontraba una bella e inocente mujer, recostada sobre una manta rosa de seda, tenía una suave y delicada piel morena. Estaba dormida y no quise molestarla. Tomé otro camino, pero en medio de unas rosas rojas que tanto me encantaban observar, pensé ella, vino a mi mente el recuerdo de cuerpo sumergido en un sueño angelical. Recordaba cada parte de su cuerpo y la estrechaba en mi mente como si la tuviera en frente mío. En esos pocos minutos entro en mi pecho un deseo descomunal por su ser, pero no era un deseo de placer lujurio, solo quería estrecharla en mi pecho y dejarla sin respiración de tanto abrazarnos. El solo hecho de sentir su corazón palpitando y su respiración que caían sobre mí, alteraba mis sentidos y me transportaba a otra dimensión.
Debí de tener más cuidado, estaba persiguiendo una bella mariposa arcoíris, siempre la había observado y quería tocarla, aunque sea una vez. Ella subía una colina y yo la bajaba, pero los dos estábamos distraídos por el medio, nos golpeamos tan fuerte que me costó unos segundos reponerme, ella quedo inconsciente, tome una flor con un fuerte aroma y la puse cerca de su nariz, después de un rato volvió en sí, me pregunto dónde estaba, solo podía preguntarle si estaba bien, ella tenía la vista borrosa y no podía ver mi rostro, después que se le aclaro la vista, se me quedo viendo por varios segundos, alzo su mano y toco mi mejilla , me ruborice, se volvió a desmayar y la lleve cargada hasta mi auto y nos dirigimos hacia el hospital. El doctor me dijo que perdería la vista y podía ser para siempre. Sentí tanto dolor, todo lo sucedido había sido culpa mía y no podía perdonarme, que ella dejara de ver el mundo por mi error. Deseaba remediarlo debía buscar la solución al problema. Cuando ella se levantó se asustó mucho porque todo estaba oscuro, el doctor le dijo que era una ceguera temporal, y que con el tiempo volvería a ver. Pero él y yo sabíamos que no sería así. O eso pensaba yo.
Ella recordaba mi bello rostro como algo fuera de lo normal. Ella pregunto si había alguien cerca de ella cuando la encontraron, el doctor le dijo que no. Una mujer la había hallado y la trajo. Una lagrima recorrió su mejilla. Cuanto me dolía verla así, deseaba quitar esa tristeza de su alma. Pero no sabía cómo.
Nadie vino a visitarla, anunciamos su nombre por todos los medios, pero ni una solo respuesta. Nos dimos cuenta que ella no tenía parientes y que podía ser que estuviera sola en este mundo. Me entro una tristeza y a la vez sentí una gran responsabilidad por compartir mi tiempo ella. Las terapias comenzaron y le pedí al doctor que mediera la oportunidad de ser esa luz que le hacía falta.
Poco a poco me gane su confianza y nos fuimos encariñando el uno al otro. Pero no todo era color de rosas, ella a veces se deprimía y se reusaba a seguir con las terapias por que no venía resultados. Deseaba estar muerta que quedarse ciega. Extrañaba profundamente ver los atardeceres en El Jardín, siempre que la veía así, era difícil contener una lagrima. Hable con el doctor y le pedí que yo le daría mis ojos, porque era lo mínimo que podía hacer. El doctor no estuvo de acuerdo. Pero procedió a hacer la cirugía, yo ya estaba dormido y listo para el procedimiento, ella estaba contenta porque había llegado un donante y le pregunto al doctor donde estaba yo. Él le dijo que yo estaba con mi familia. Ella se sintió triste pero sabía que yo también debía atender otros asuntos, en ese momento la fuerte sensación que tenía hizo que su luz comenzara a abrirse, ella iba caminando con ayuda de una enfermera, sintió un fuerte dolor en la cabeza y se desmayó, la enfermera pidió ayuda y la subieron a una camilla, la examinaron y todo estaba bien, siguieron con el procedimiento y le aplicaron la anestesia, ella se estaba quedando dormida, cuando dijo puedo ver, el doctor que estaba a punto de extraerme los ojos se detuve y se puso contento con esa bella noticia. Yo estaba en un estado profundo de sueño y no podía escuchar nada de lo que decían. A pesar de que tenía un poco de anestesia. Pidió que la ayudaran a levantar deseaba ver quien era esa hermosa persona que había decidido entregarle su vida.
Ella se quedó estupefacta cuando me vio, no podía creerlo, era yo un ángel que había sido enviado a salvarla, se acercó a mí y me dio un beso en la frente.
Al día siguiente entre con un ramo de flores a la su habitación, ella se sorprendió nuevamente era yo ese bello ángel que la había salvado. Deje las flores en la mesa y ella miro que en mi bata que decía Frank, ella se quedó sin palabras, me miro y me dijo dime... que tú no eres.... si lo soy le respondí, no aguanto la emoción y se lanzó hacia mí, me abrazo muy fuerte y su corazón palpitaba muy rápido, te había extrañado tanto, siempre estuviste a mi lado y yo no medí cuenta, yo quería contarle lo sucedido, pero no me atrevía, porque te pones triste me dijo ella, la verdad tengo que disculparme por... tú no tienes que... solo me basta con que estés cerca de mi.... y no te alejes nunca más. Ella me miró fijamente se abalanzo hacia mí y cerro sus ojos. También me acerque y nos besamos.FIN
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Creado por:@AlbertoGuerrero