Hace ya un tiempo atrás que vivimos en la era de la comunicación, gracias a los increíbles avances de la tecnología y sobretodo a la popularización y llegada del Internet.
Comunicarnos es esencial para nosotros como seres sociales, pero desde la creación de espacios de publicación libre y gratuita, y más que todo por el auge de las redes sociales en la comunidad global, nos expresamos y comunicamos con personas cercanas y de similar cultura e ideología, hasta con otras que hacen vida en países a miles de kilómetros de distancia y con un idioma, religión y filosofía de vida totalmente distinta. Vamos de a poco, convirtiéndonos en seres cosmopolitas, que hacemos vida en la misma aldea global.
Facebook, Twitter e Instagram son quizás las redes sociales más populares (no necesariamente en ese orden) o al menos las más usadas en el occidente del globo. Estas plataformas, junto a otras, fungen como el espacio de muchos usuarios para la publicación de prácticamente lo que el usuario desee -Por supuesto siempre y cuando no viole las normativas de uso independiente de cada red- Quizás Twitter es más liberal en el sentido de permisología y limite sobre qué y no publicar (Y considero que es bueno que sea así)- Millones de usuarios hacen publicaciones sobre una infinita variedad de tópicos: desde consejos y/o explicaciones acerca de temas que dominan a la perfección, la transmisión y retransmisión de hechos noticiosos, guías prácticas sobre tópicos complejos, hasta lo que están comiendo y asuntos de su vida personal. Y es este ultimo punto el que aquí me trae hoy.
He de dejar en claro que no tengo nada en contra de que las personas posteen o no sobre su vida. Defiendo firmemente la libertad de cada quien hacer lo que desee siempre y cuando no afecte los derechos del otro.
Desde la aparición y auge de las redes sociales, muchas celebridades, artistas y personajes han usado estos medios como una forma de publicitarse y además de mostrar a sus seguidores el desarrollo día a día de sus fabulosas e interesantes vidas. Nos muestran un lado ''mortal'' de ellos y además las practicas y vivencias cotidianas que posteriormente serán imitadas por miles, o inclusive millones.
Pero el publicar constantemente se vuelve adictivo y pertinente para el usuario. Desde la necesidad de postear una foto (o un meme en caso más práctico) en la que se manifiesta (con titular incluido) el estado anímico del momento, la comida que pronto se va a degustar, hasta algún pensamiento y/o prosa con la que se sienta alguna conexión. Pero es necesario compartirla, y pronto. El momento no está completo sino se comparte con los demás, sean pocos o muchos, es necesario hacer de manifiesto general la experiencia del momento, la sensación es efímera, y el tiempo de publicar es corto e inmediato.
Las redes sociales cumplen una necesidad psicológica
Y una vez más la respuesta está en la psicología. Las redes sociales nos permiten digitalizar momentos y emociones. Las experiencias en la vida real, con todas las reacciones sensoriales de nuestro cuerpo ya no es suficiente. Ahora las emociones han transcendido a un plano más allá de lo sensorial, al placer producido por recibir notificaciones. En las redes sociales podemos ser quienes queramos, desde nuestro verdadero yo, o un alter ego que ha estado esperando por mucho tiempo para salir. Y necesitamos atención, somos seres que deseamos ser queridos y respetados, algunos en menor medida como el recibir halagos de personas en concreto, como otros que desean llamar la atención de propios y extraños. Las redes sociales tienen un efecto inmediato por la inmediatez de recibimiento e interacción con otros.
Como lo publicó la psicóloga Amaya Terrón en un artículo publicado en el 2013
La rapidez, facilidad y eficacia en la comunicación es lo que hace de las redes
sociales excelentes recursos, ya que se adaptan a las demandas actuales, como
la escasez de tiempo y la búsqueda de satisfacción inmediata.
Los archiconocidos “Me gustan” de las redes sociales son reforzadores
naturales en el ser humano. Simbolizan una aprobación, una palmadita, un
refuerzo, y esto nos encanta al ser humano.
Es sobre todo con el ultimo extracto del artículo el que plasma la idea de este post: informar a los demás como nos sentimos, lo que creemos y vivimos se ve reforzado por la opinión de los demás. Las redes sociales es una forma intrusiva, no agresiva de preguntar a los demás de manera sutil y con previa autorización sobre qué opina acerca de nosotros mismos.
Steemit de a poco se va tornando algo similar a una red social, donde se agrupan múltiples publicaciones totalmente personales acerca de vivencias y experiencias. El consejo que nos han dado una vez que iniciamos en esta plataforma es la creación de post de contenido, calidad e interés general. Pero no siempre es así, de hecho la gran mayoría de las publicaciones, inclusive las más aclamadas (votadas) son netamente experiencias personales del autor. Y sí, quizás es parte del proceso de cambio de una red, o simplemente las publicaciones personales de los autores efectivamente es contenido de interés, pues nos gusta y es sencillo aprender de otros desde su experiencia personal.
Es necesario admitirlo, salir a comer una pizza, disfrutar un viaje en pareja, haber alcanzado un logro anhelado o incluso una broma realizada a un amigo deja se torna ligeramente carente de emoción si no se publica en nuestra vida 2.0. Es claramente el fenómeno que ha marcado nuestra era, un hecho que quizás sea el inicio de un proceso de real digitalización y transmutación de nuestro ser a la gran red, pues después de todo ¿No somos acaso lo que escribimos?