ETAPA 18--Libro-- Capítulo 8 "El foso del olvido" (Cuando la tragedia esconde una inmensa decepción)

in #spanish6 years ago (edited)

ETAPA 18. EL FINAL!!

                                               Capítulo 8


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Su silueta se terminó de ver bien delineada, su remera marrón con una cara en el frente, las babuchas camufladas y en el cuello colgaba el medallón con letras en relieve y bordes curvos.
-¿Estás allí?- le preguntó con voz entrecortada por el miedo Clara, la joven castaña asintió con la cabeza, señaló con el dedo índice un lugar en el piso, mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas pálidas. La miró a los ojos y la imagen comenzó lentamente a desdibujarse, a hacerse traslúcida hasta desaparecer.
Joaquín, Julián, Germán y los policías esperaban detrás de ella, estaban asombrados de ver a la rubia correr hasta allí sin causa aparente, Clara observó a uno de los policías que parecía tener el mayor mando.
-Tiene que llevarse a mi padrastro, mató una mujer hace diez años, yo fui testigo.
-¡Estás loca, Clara! ¡Ellos seguro que pasan preguntando por alguna casa de más arriba!.¡ Ella no está bien, perdió la memoria cuando tenía ocho años y a veces tiene brotes incoherentes!- gritó el padrastro mirando a los visitantes
-Estamos aquí por ti- le dice Germán.
-¿Pero qué dices, estás bromeando?- titubea Julián
-No, yo soy policía y estoy investigando la desaparición de una joven- aclara German
El padrastro quedó descolocado, supuestamente ése era su socio, casi su amigo, hombre de máxima confianza. Joaquín y Clara estaban atentos a lo que decía.
Los policías uniformados arrestaron a Julián.
-¡¡No tienen pruebas de nada!!- vociferaba con las manos atrás mientras era esposado, con los ojos desorbitados del asombro.
Estaba rodeado, Germán relató a grandes rasgos que venía de Alemania con la premisa de encontrar a Natalia Fasman que había desaparecido hacía más de diez años, vestida con remera marrón, babuchas camufladas, zapatillas y como detalle llevaba puesto un medallón con las letras TPD gravadas en relieve que se lo había regalado su tía dos días antes de desaparecer. Algunos leves indicios de habladurías de pueblo decían que salía con un hombre casado lo que hizo por inclinaciones en las pautas investigativas que llevaran a Germán a hacerse pasar por arquitecto para acercarse a Julián, que era el principal sospechoso.
-Tu omnipotencia te arrastró hasta la musa inspiradora que te obligó a pintarla con el medallón en la mano, el resto lo prueba tu salto económico en corto tiempo, fruto del dinero del rescate. -le aclaró German en su papel de investigador-.
Clara lloraba desconsolada, no podía creer todavía que ese grandulón al que ella amaba tanto sea capaz de matar y si ella no perdía la memoria posiblemente también la hubiese matado a ella.
-¡¡ No tienen nada, esa chica desapareció!!
La furia ensombreció a Clara.
-¡Maldito imbécil, pintaste el medallón en este cuadro, creíste que nadie lo conocía!¡ te pudo la impunidad.¡ Yo pensé que la mujer era mamá, pero era Natalia Fasman!.
-Calma, amiga querida.- dijo Joaquín, conteniéndola en un abrazo.
-Natalia está enterrada allí- dijo Clarita señalando la zona de los postes tirados junto al límite del fondo del parque.
Julián estaba desesperado y se le nublaba el razonamiento, lloraba como un cobarde.
-¿Cómo sabes eso?- le preguntó Germán
-Ella me lo dijo, sé que es increíble, pero desde hace meses en varias ocasiones mientras anduve por el bosque, se apareció esa imagen que yo creía real y no sabía quién era hasta hoy, que me guió hasta el lugar donde está enterrada.
-Ahora descansa en paz- se escuchó en tono bajo a Germán.
Clara comenzó a rodear la cabaña, pasó por la galería acompañada por el abrazo de su amigo de toda la vida, iba llegando al pórtico de la entrada seguida a unos metros por Julián que caminaba con las manos esposadas en la espalda con un policía de cada lado. La camioneta de Melissa se detuvo velozmente quedando el polvo de la frenada flotando en el ambiente, tenía frente a sus ojos la situación más contradictoria de su vida, estaba allí a tiempo porque cuando Clara salía para la cabaña, ella estaba hablando por teléfono con Germán quien le advirtió someramente:
-Tu hija te va a necesitar, síguela a la cabaña, después te explico.
Miró el dolor de su hija, el desencanto por la caída de uno de los héroes de su vida. Cuando Clara la vio llegar corrió va a su encuentro y gritando...
-¡Recordé todo mamá, Julián mató a Natalia Fasman!,¡ lo amo cómo a un padre y es un asesino!.
La madre solo se amalgamó en un abrazo con su hija que desfallecía por el dolor y el exceso de información. Por encima del hombro de Clara que permanecía aferrada a ella, sus ojos se conectaron en un diálogo tácito con los resignados ojos de Julián, quien en un gesto muy poco evidente hizo un movimiento negativo con la cabeza.
En tantos años de convivencia, eso fue suficiente para saber que él callaría por siempre, el resto de la verdad.
Con la memoria de Clara apuñalando su presente, Melissa corrió un telón de recuerdos que se abrió en su pasado y su conciencia.
Ella era cómplice de todo, lo habían planeado juntos desde un principio a causa de las enormes deudas y el conocimiento certero que los Fasman tenían mucho dinero y poder. El asesinato fue un hecho fortuito debido a que en un descuido Natalia intentó escaparse y la situación se salió de control.
Sabía que ella estaba a resguardo por el silencio de Julián. Su hija quedaría ignorando toda la historia.
De regreso a la casa las dos mujeres viajaban abstraídas en sus pensamientos, envueltas en el olor a pino que el bosque les regalaba dentro del habitáculo de la camioneta. Mientras, derrumbada en una profunda tristeza Clara analizaba. Germán se introdujo en la familia haciéndose pasar por arquitecto siendo policía para descubrir al asesino; le quedaba la duda desgarradora de saber si su amor, Guillermo, se había acercado a ella sólo para colaborar en el descubrimiento de la desaparición de su prima Natalia Fasman. Vibraba en su mente la frase "¿podría culparlo?", tal vez ella hubiera hecho lo mismo. Ella lo amaba y necesitaba curar su dolor aferrada al amor y estaba dispuesta a darle una oportunidad.

                                     FIN

                            MÓNICA RAMONA PÉREZ          

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Amigos agradeceré todos los comentarios, gracias por compartir este libro conmigo.