Otra vez Luvina ~ {cuento}

in #spanish7 years ago (edited)


La neblina no me deja verme los pies. Voy trastabillando maleta en mano intentando reconocer qué se esconde detrás de las pocas fuentes de luz que de repente se aparecen frente a mí. Llevo horas buscando el camino a Luvina, pero entre tanta desolación no hay ni un solo espíritu que pueda guiarme. De repente tropiezo con un cartel tapado por la bruma: “Tasca Pedro Páramo”, logro leer entre el vaho. Inmediatamente siento bajo mis zapatos la madera húmeda de tanto vapor y me dirijo a la entrada.

Dentro de la cantina no existe la niebla. Es como si ella, obediente o temerosa, no se atreviera a cruzar la puerta. La calidez me recibe sola. Tomo asiento, y en el momento en que arrastro la silla aparece un hombre mayor detrás de una pequeña compuerta al final del bar. “Buenas”, me dice mientras toma asiento justo delante de mí. “Buenas noches señor, ¿éste local es suyo?”. Se ríe. “Ya quisiera yo”.

“¿Vive por aquí?” 

“Nadie puede vivir entre tanto polvo. Sólo se sobrevive”. 

“Éste sitio no es mío, pero igual le invito un traguito”, dijo hospitalario después de una pausa. “Era de mi abuelo, por eso lleva su nombre”. 

Empiezo a pensar que éste hombre no me ayudará en lo absoluto. “¿Sabe llegar a Luvina?”, pregunto sin mucha esperanza. Suelta una gran carcajada. “Para llegar a Luvina tienes que pasar por mí”. Me levanto frustrado, a punto de llamar en la barra a ver si alguien atiende. “¿De dónde vienes?”, escucho detrás de mí. “De Venezuela”.

“¿Bonita, verdad? Bonita y amarga. Estaba yo en una conferencia en Caracas cuando murió mi musa”. 

Tomo asiento de nuevo, atónito. “¿En una conferencia?”. No sabía si todo lo inventaba, pero quería escucharlo.

“Fue en el 74. Los escritores latinoamericanos nos pusimos de moda por aquel entonces” dice entre risas. “Rómulo Gallegos, años atrás, me introdujo al llano venezolano tan parecido al mío. Sólo lo escuchaba salir de sus labios, así que tenía que ir a conocer lo que en la distancia me pertenecía. Venezuela es México y viceversa. Pero usted debe saber todo esto. A Luvina sólo mandan maestros”. 

No podía ser. Lo que pasaba por mi mente era imposible. Este hombre debía sufrir de demencia senil. Decidí seguirle la corriente.

“Es usted escritor entonces”.

“Todo el que tiene algo para decir con palabras es escritor. Da la casualidad que mis palabras las imprimen; las mías o las de Celerino, que al final son las voces del llano. Las reales. No sólo el hombre de la lanza, también el hombre de la pala y el trigo”. 

“Si es usted del llano entonces debe conocer por aquí”. Toda la aridez de la tierra sin lluvia, maltratada por tanta bota guerrillera y tanto llanto, se marcaba en los surcos de su rostro.

“Ya te dije que para llegar a Luvina debes pasar por mí. Los jóvenes de tu tiempo no escuchan. La literatura solía ser como luna llena a mitad de la sabana. Todo lo iluminaba, todos rezaban por su longevidad. Pero desde que existen las linternas nadie espera a la luna. Desde que regalan motores nadie cruza el río a pie”.

Me levanto de la mesa.

“Muchas gracias por su cordialidad”.

Decido irme a seguir buscando el camino. Me dirijo hacia la puerta que mantiene la neblina bloqueada. La voz suena de nuevo tras mi espalda.

“Cuidado se pierde, maestro. El campo es duro. La inclemencia no pregunta antes de atacar. Para atravesar seguro el llano siempre deberá pasar por mí”.

Culpo a la falta de aire por la pregunta que hago.

“¿Es usted Juan Rulfo?”

Me volteo para ver al hombre pero ya no está.   

Sort:  

Buen cuento y buena reinterpretación de Rulfo,@andreaphernandez. Lo votaré cuando mi vp valga la pena. Te estaré leyendo por acá. Saludos.

¡Muchísimas gracias por la lectura! ¡Espero que podamos seguir compartiendo! Un abrazo.

Interesante, me gustó la forma con la que has contado la historia, ha sido sencilla y cálida, gracias por compartir, el equipo Cervantes apoyando el contenido original.

¡Muchísimas gracias! Sólo me inspiré en Rulfo, una temporada en la que tuve que leerlo mucho. Gracias por el apoyo y el magnífico trabajo que hacen.

Interesante cuento, @andreaphernandez. Juan Rulfo hizo de Luvina un lugar en el imaginario literario latinoamericano. Te leo.

Muchas gracias por tu lectura, definitivamente Rulfo marcó un punto importante de nuestra historia y es necesario honrarlo. Nos leemos.

Me ha gustado. Enhorabuena. Felicitaciones.

¡Muchas muchas gracias! Me alegra mucho que te gustara.

Buen cuento, @andreaphernande. Concuerdo con @rjguerra y @sancho.panza. Te sigo y voto. Saludo

¡Saludos! Muchas gracias por leer y por tu comentario. Un abrazo.

De acuerdo. Texto liviano, sencillo y original. Muy bienvescrito. Por eso.
Te voto.
Te sigo, @andreaphernandez.

¡Muchísimas gracias! Me alegra mucho que te haya gustado y me des tu voto. Un abrazo fuerte.