Sophie me ama. Estoy segura de que es así. Su sonrisa cada vez que me mira no puede significar otra cosa que no sea amor. Cuando Sophie me da las buenas noches, me dice que me ama. Y yo lo sé: Sophie me ama.
Sophie no me abraza mucho, tampoco me besa. De hecho, Sophie me aleja si me acerco más de lo que debería. Nunca sé hasta dónde puedo llegar, pero sé que Sophie me lo hará saber porque Sophie me ama. A veces Sophie toma mi mano mientras conduce, y su amor se filtra a través de las yemas de mis dedos como lágrimas sobre papel. Sus ojos verdes relucen cuando el semáforo le regala unos segundos para voltear y mirarme, y repentinamente me golpea un pensamiento, como un fruto que cae en seco al suelo: Sophie me ama.
Incluso cuando desaparece por días sin razón aparente, Sophie me ama. Cuando no da explicaciones, cuando se queda en silencio. Cuando mis celos le parecen graciosos, cuando me manda a callar, cuando evita mis encuentros, cuando me usa de formas convenientes únicamente para ella, Sophie me ama. Hay días que pienso mucho, y me pregunto si Sophie sólo me desea. Me pregunto si las reacciones de mi cuerpo cuando ella se acerca son las que la hacen regresar. Pero luego me digo que no, no es eso. Sé que Sophie me ama. A veces, cuando quiere conseguir algo, sus labios se posan suavemente sobre la curva que deja mi pelvis en mi vientre, y puedo sentir en todo mi cuerpo que Sophie me ama. A veces acaricia las líneas de mis costillas con el dorso de su mano, y susurra con dulzura que me ama. Y yo le creo, porque puedo sentirlo en cada poro de mi cuerpo, que se siente vacío con la ausencia de Sophie. Le creo porque lo sé. Sé que Sophie me ama.
Cuando Sophie llega e inmediatamente se va, sé que Sophie me ama. Cuando Sophie ignora lo que le pido, cuando le ruego que se quede y hace caso omiso de eso, sé que Sophie me ama. «Sophie, por favor, quédate», le suplico. Y Sophie se va sin ninguna explicación porque Sophie me ama. ¿No está claro que Sophie me ama? Si lo único que sabe hacer es comprarme tickets para esta montaña rusa de emociones, y no importa cuántas veces termine mi paseo, ella siempre tiene un ticket nuevo para mí. Listo para marearme y comprobar así que Sophie me ama. Sophie se divierte mientras me ve en esta atracción. Me saluda con la mano mientras me siento en el destartalado carrito al que se le despega la pintura, imitando a las madres que saludan a sus nerviosos chiquillos. Pero yo no tomo asiento nerviosa porque sé que Sophie me ama. Admito que el corazón se me desboca cuando la máquina se enciende, sé que estoy a punto de despegar. Pero se siente bien porque así se siente el amor, y Sophie definitivamente me ama. Puedo verla sonreír justo cuando estoy en la punta de la montaña rusa, justo cuando estoy a punto de caer. Sophie disfruta de observarme mientras caigo, una y otra vez, sabiéndose responsable de la caída, porque Sophie me ama. No hay nadie en este mundo que me ame como Sophie. Ni siquiera yo puedo amarme de esa forma.
Sé que Sophie me ama. Puedo sentir su amor cada vez que me insulta, o que me dice que exagero todo, o que soy una niña llorona, o cuando no dice nada. Cuando Sophie me ve llorar y no hace nada, Sophie me ama. Sophie me ama cuando no le importa lo que a mí, cuando ni siquiera le importo yo. Sophie me ama cuando me lastima, Sophie me ama cuando me deja, Sophie me ama cuando regresa. Sophie me ama cuando me dice que soy fea, Sophie me ama cuando me dice que soy muy gorda, Sophie me ama cuando me dice que soy muy flaca. Sophie me ama cuando me rompe, cuando me deja indefensa, cuando se burla de mí, cuando se va con otra. Sophie me ama cuando dudo, cuando me da una seguridad efímera que desaparece cuando ella se aleja. Sophie me ama estando rota, porque sabe que es su culpa. Sophie me ama. Entre todos mis defectos, que no cesa de recalcar, Sophie me ama. Entre todo lo que le molesta de mí, Sophie me ama. Cuando no desea mi presencia, Sophie me ama. Cuando no me desea a mí, Sophie me ama. Incluso cuando me odia, está completamente claro para mis ojos (ojos que ella observa sin pasión pero sí con mucho desinterés), claro como el agua, como un vidrio, como el aire, que Sophie definitivamente sí que me ama.
upale...un coñazo en la cara esta vaina.
Jajajajaja espero que eso sea algo bueno. Te quiero.
No me arrepiento de haber llegado hasta aquí a altas horas de la noche.