Dios me dio la oportunidad de conocer esta excelente mujer llamada Verónica Ferreira, con el pasar del día hicimos un poco de confianza. Es una joven carismática, muy alegre, admirable, linda, inteligente, cariñosa, muy madura con tan solo con 18 años de edad y no menos importante, una persona de gran corazón. Pude notar que tiene una manera de hablar muy peculiar y educada, de hecho, es de esas pocas persona que puedes escucharlas horas y horas y no te aburrirás, dando pie para platicar sobre temas de interés, mientras posaba y mi amigo hacia su trabajo en el lente. Otro de sus mucho talentos es que domina muy bien el inglés, hace 4 meses se marchó a la ciudad de Valencia, en busca de un sueño, a cursar una carrera muy hermosa, lo que realmente la apasiona, “idiomas actuales”. No me puedo quejar, fue una excelente tarde, entre chistes, fotos, risas y muchos momentos alegres capturados.
Llego el momento de irnos, llamo a su mama para que nos fuera a buscar, mientras íbamos camino a la casa aprovecho y nos dio el gusto de presentarnos a su querida madre, una señora muy amigable, fue allí que comprendí de donde salió el gran corazón de Verónica. La madre al verme, me dice: “¿tú eres apellido Gutiérrez?”, y yo un poco sorprendido le contesto: “si ¿por qué?” a lo que responde: “Yo conozco a tu familia”. Intrigado por saber de dónde y cómo conoce a mi familia, empezamos hablar del tema y vaya ¡Que pequeño es el mundo! Es una gran a amiga de la familia, de años.
Agradecido con su amistad y amabilidad, Dios bendiga a tan bonitas personas. Los invito a ver el trabajo fotográfico de mi amigo @Jesuscorrea y con esta frase me despido.
“Cada persona que conoces está luchando con sus propios problemas. Se amable con ella, no serás capaz de resolverlos en su lugar, pero tu bondad quizás puede ser el milagro que estaba esperando”