¡El hambre que nos destruye, el amor que nos reconstruye!

in #spanish7 years ago

"Un millón de niñitos se nos muere de hambre y un silencio se duerme contemplándolos."

  • Frase de Jorge Debravo

Todos sabemos la situación económica tan degradante que vive Venezuela, la escasez de alimentos de primera necesidad, de medicinas, la super inflación que hace que cada día nos veamos con menos posibilidad de adquirir los pocos alimentos que se consiguen y una terrible inseguridad en las calles que ni provoca mencionar.

En esta oportunidad me tocó vivir algo que día a día sucede en nuestro país pero que al vivirlo en persona es cuando parece que realmente entendemos y abrimos nuestros ojos para por fin ver la cruda realidad que nos ahoga.

Estaba un centro comercial de Puerto Ordaz con mi novia, fuimos a comprar un Cheestres para comer juntos, no sentamos a las afueras del centro comercial mientras comíamos y platicábamos, de repente escucho cerca de mi un niño decir "¿Señor me puede dar cambur?" seguí hablando con mi novia, ignorando esas palabras ya que conmigo no era por que cambur no tenía, entonces escuché que le respondieron al niño "¿Quieres cambur papá? Está bien, te daré unos para ti y para él" fue entonces cuando mi novia y yo volteamos y vimos que eran dos niños que viven en las calles de Puerto Ordaz, frecuentan mucho esa zona del centro comercial ya que no es la primera vez que los veo por que es allí donde se acercan a pedir dinero o comida a las personas que están en el lugar. El señor se acerco justo donde yo estaba sentado y abrió su bolsa donde tenía los cambures, dividió lo que tenía y les dio unos 10 recordandole que era para que compartieran entre ellos, de paso, sacó dos billetes de 5.000,00 bsf y le dio uno a cada uno. El niño que recibió los cambures corrió dejando al otro sin nada, el señor logró detenerlo y le quitó la fruta, la dividió de nuevo dandoles ahora 5 y 5, asegurandose él mismo de que los dos tuvieran para comer y luego se marchó; El rostro de esa persona se me hacía muy familiar, le pregunté a mi novia si conocía a ese señor y ella respondió: "¡Claro! Él estudiaba en el mismo liceo que nosotros, se graduó mucho antes ¿No recuerdas?" Allí fue que recordé claramente quien era, sentí esa nostalgia y buena vibra de saberlo, pero no me distrajo del tema principal, los niños hambrientos, vistiendo mal con un aspecto totalmente indecente.

Venezuela no era así, no eramos así, cada día a más niños en las calles con hambre y sin familia y menos jóvenes en las instituciones educativas gracias a la mala situación que hoy vivimos, donde debes decidir si comes o estudias, trabajas o estudias, corres o te encaramas, pero no puedes estar quieto, no puedes estar tranquilo, Venezuela es ahora como un animal salvaje que viene detrás y los ciudadanos huimos de esa bestia, que a quien atrapa lo encierra en la miseria del día a día, ¿Qué futuro podemos esperar de esos niños? Seamos sinceros, el pensamiento más lógico es que serán muchachos de mal cuando crezcan, delincuentes que hoy piden por que no tienen tamaño ni fuerza para robar pero dentro de unos años tendrán el tamaño y la fuerza para hacerlo. Estoy seguro que esos niños podrían ser grandes profesionales si les dieran la oportunidad de cambiar su vida, claro, también dándoselas ellos mismo por que eso depende de parte y parte.

Mis palabras son para crear un poco de conciencia, para los que aún no se dan cuenta cuanto hemos perdido y estamos perdiendo en esta situación, el futuro del país está tomando malos caminos y los pocos que mañana podrían levantar a Venezuela están saliendo del país como pueden, por que nadie está emigrando por gusto, todos están huyendo.

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Rescatemos como podamos a nuestra tierra, aún se puede y siempre se podrá, ahora más que nunca debemos estar unidos por que nos quitaron muchas cosas, pero nuestros sueños e ideales jamás morirán y vivirán en cada persona que vea y siga nuestro legado, vivirá por la eternidad.

Te amo Venezuela, fuerza y fé.