Belleza inesperada: Amor tiempo muerte

el Tiempo, en realidad ¿Qué es el tiempo?, para algunas corrientes filosóficas y espirituales es una ilusión, para algunas otras es una manera que inventamos los seres humanos para coincidir y alinear todo lo que acontece como el día, la noche, la navidad, la pascua, todas responden y colaboran en la administración del tiempo.

Sin embargo, el tiempo es algo significativo y valioso, algo que no debemos desperdiciar, a través de él experimentamos, el nacer, el crecer, el enfermar, el envejecer y el morir, éste último es el más certero e inevitable. Al reflexionar en el tiempo es importante entender que cada minuto cuenta, es así como un relámpago que si no estamos conscientes aparece e inmediatamente se nos escapa, en el fondo no podemos hacer otra cosa que valorarlo, hacerlo significativo, inmejorable, cualquiera que sea la manera en que decidimos emplearlo, debemos entender que posiblemente no gozaremos de las mismas condiciones y circunstancias futuras para hacer lo correcto, hacerlo bien.

En el caso del Amor, es algo que aunque no todos lo reconocemos se convierte en nuestro fin último, y es verdad si reflexionamos en que aún en él perseguir cosas materiales aparece la necesidad de ser amado y obtener aceptación, esto no es ni bueno ni malo, solamente es así, en el fondo muchas corrientes espirituales afirman, con toda razón, que nuestra naturaleza última es amor. Del tipo de amor del que se trate no es tan importante, lo significativo es que sea tan genuino que no esté entintado de apego y control que lo convierte en su contrario, el sufrimiento y dolor.

Finalmente la inesperada y no tan agradable muerte que nos invita a entender que no sabemos cuándo va a acontecer y debemos hacer todo lo que deseamos en el tiempo presente con la convicción de que es posible que no veamos más en el futuro inmediato a nuestros seres queridos ó amigos, o a comer nuestros platillos favoritos o lo más importante que es que podremos morir sin pedir perdón o agradecer a alguien importante en el momento justo y apropiado.

Nada de esto es una aproximación pesimista aunque lo parezca, es una llamada de atención para vivir de manera atenta, consciente e intensa, es el permanecer atentos al momento en que encontramos la belleza colateral o inesperada en todo lo que experimentamos.

Por ejemplo cuando enfermamos de gravedad encontramos la belleza en tantas personas que nos regalan de manera honesta una palabra de alivio, la mayoría se convierten en amigos para toda la vida. En la muerte de un ser querido encontramos la belleza del recuerdo, de las palabras, de los gestos que pueden provocarnos el llanto pero también un profundo agradecimiento a los momentos compartidos, aquí también encontramos una belleza inesperada.

En el caso del amor, cuando nace un bebé podemos experimentar ternura, alivio y enorme satisfacción, momentos tensos pero con belleza inesperada también.

Finalmente cuando perdemos a alguien a quien amamos profundamente y lo hacemos con desapego y total deseo que todo lo que en su camino aparezca le sea grato y próspero, experimentamos la belleza inesperada en nuestro interior, esa que trasciende las palabras y da paso a la superación.

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