¿Situado en mi mente o en la tierra?
Esa pregunta cobra sentido cuando me muevo de un lugar a otro y sigo sintiéndome exactamente igual.
De quien soy yo se trata la conversación infinita conmigo mismo en mi mente, yo soy mi enemigo, yo y mis limitaciones biológicas y evolutivas, a veces en una implosión colapso, cuando toda la gracia del mundo parece opocarse ante esos momentos oscuros de escases, y es que cuando se presenta, estado momentáneo de debilidad, logra convencerme de que no se irá nunca, me habla de el mito de un fin, le da la razón a todos los que sugieren que no puedo y me encierran un poco más dentro de mí mismo, reservándome a mí y a mis palabras, entonces se enfría el sol.
No creo haber salido realmente nunca de esa estrella fría, el combustible se renueva de forma automática, inconsciente, simplemente despierto, o me duermo, me acostumbro, pero nunca desde la conciencia, la satisfacción huye lejos, me aísla y me incomoda, se aleja pero no en términos espaciales ya que no es la tierra donde estoy, en algún lugar de mi mente que aun no he explorado, donde la luz no ha tocado, una configuración insospechada es la solución, la intuición como medio de comunicación es quien responde y personifica mi alma cuando pregunto desesperado, ¿cómo? Y me grita: -vívete- me advierte, no será rápido, no será fácil, luego baja la voz se sienta a mi lado y me dice: pero existe, se encuentra adelante en un ondulatorio camino, donde el tiempo se retuerce y el espacio se repite, tus ojos son ventanas quietas, el movimiento de tu cuerpo es una ilusión, tus cuencas unas pantallas y tu voz la decisión.
Y son ya veinticinco años de imágenes sonidos y sensaciones de muchos tipos, que han construido una personalidad que se repite en todo lo que hago, cuando la idea se convierte en voz y hablo , cuando junto colores para generar manchas, cuando junto líneas para hacer figuras, cuando junto letras para hacer de ellas frases, cuando junto barro vidrio y mente para hacer formas, es justo en ese momento cuando logro amar.
De ser estas creaciones el objetivo de mi vida, de ser estos descubrimientos su razón, entonces el hambre es la mejor amiga del amor.
Fotografia: Aris Viloria.