Un día en una conversación de esas en las que no tuve razón, hablábamos acerca de -el arte comercial-, yo manifestaba lo en contra que estaba y al mismo tiempo lo equivocado que estaba.
Ese día supe a manos de una muy buena explicación, el talento que hay en el poder comercializar una obra sin desvirtuar ni un segundo esos profundos pensamientos que construyeron el caldo de cultivo que disfruto al ver y crear obras que son contemplativas mas no funcionales, ni utilitarias, llevar intacto ese concepto a la posibilidad de estar en más ojos y en más momentos, hace que el arte se funda más y más con la humanidad.
Entendiendo esto, la "decoración" se siente superficial y se descarta de la categoría de lo que hoy hablo.
Al intervenir un elemento; muro, papel, o trozo de barro me gusta decir que está siendo poseído por mi como concepto de explicación para lo que está pasando, en el sentido de que tomo posesión del ciertamente, ahora ese trozo de materia esta inevitablemente vinculado a mi existencia, es mío como es de Saturno su anillo, pues son más que kinestésicos movimientos los que transfiguran la forma, ahí dejo el momento, y el momento incluye todo lo que en mi contenga, varia, pero hay algunas constantes características: Espinas, monocromía, perforaciones, formas que hablan de lo orgánico y lo futurista, las categorizo, o, me categorizo como, "simbolismo neogotico"
Solo después de tener claro esto me atrevo por primera vez a poseer no un objeto en sí, si no, una función, la función de beber y de depositar cenizas fueron las primeras y esto que hoy muestro es mi primera producción de piezas que combinan lo contemplativo con lo funcional, por ser la primera es por equivalencia más optimista la peor.
Barro vidrio y mente para beber, y así las pensé.
VASO
TAZA
CENICERO
Fotografia: A33
Ame el cenicero
Geniales estas creaciones