¿Que es una enfermedad mental?
Las enfermedades mentales abarcan una amplia variedad de trastornos, cada uno de ellos con características distintas. En líneas generales, se manifiestan como alteraciones en los procesos del razonamiento, el comportamiento, la facultad de reconocer la realidad, las emociones o las relaciones con los demás, consideradas como anormales con respecto al grupo social de referencia del cual proviene el individuo.
No tienen una única causa, sino que son el resultado de una compleja interacción entre factores biológicos, sociales y psicológicos, y con frecuencia es posible identificar y tratar una causa orgánica subyacente.
La enfermedad o transtorno mental es una alteración de tipo emocional, cognitivo y/o comportamiento, en que quedan afectados procesos psicológicos básicos como son la emoción, la motivación, la cognición, la conciencia, la conducta, la percepción, la sensación, el aprendizaje, el lenguaje, etc. Lo que dificulta a la persona su adaptación al entorno cultural y social en que vive y crea alguna forma de malestar subjetivo.
No es fácil establecer una causa-efecto en la aparición de la enfermedad mental sino que son múltiples y en ella confluyen factores biológicos (alteraciones bioquímicas, metabólicas, etc.), factores psicológicos (vivencias del sujeto, aprendizaje, etc.) y factores sociales (cultura, ámbito social y familiar, etc.) que pueden influir en su aparición.
Muchas personas manifiestan problemas de salud mental de vez en cuando. Pero un problema de salud mental se convierte en una enfermedad mental cuando los signos y síntomas se hacen permanentes, causan estrés y afectan la capacidad de funcionar normalmente.
La enfermedad mental puede hacerte sentir muy mal y ocasionar problemas en la vida cotidiana, por ejemplo, en la escuela, el trabajo o en las relaciones interpersonales. En la mayor parte de los casos, los síntomas pueden tratarse con una combinación de medicamentos y terapia de conversación (psicoterapia)
Historia de las enfermedades mentales
En la antigüedad, se relacionaba los trastornos mentales con causas sobrenaturales. Las culturas más primitivas los atribuían a posesiones demoníacas o fuerzas naturales y las culturas más complejas a los dioses. Estos pensamientos primitivos dieron lugar a la práctica de trepanaciones craneales con el objetivo de "dejar salir a los demonios que provocaban las enfermedades mentales" y sobre las que existen evidencias que datan desde hace más de 5.000 años, a torturas o al confinamiento de los enfermos.
En el siglo XIX, los manicomios eran como cárceles, pues solo se disfrazaba la tortura como una curación, uno de los tantos casos fue en el hospital psiquiátrico Charenton en París, donde aplicaban como tratamiento, mantenerlos atados, sumergirlos en agua fría, golpes y sumergirles la cabeza en una bañera. Todo esto para apartar las ideas e ilusiones que ellos pudieran albergar.
En 1949, Antonio Egas Moniz recibió el premio Nobel en Medicina por "por su descubrimiento del valor terapéutico de la lobotomía en determinadas psicosis", técnica que consiste en retirar total o parcialmente un fragmento del cerebro en la parte frontal. Walter Freeman, médico estadounidense, fue el pionero de las lobotomías transorbitales, técnica que realizó profusamente y se vio envuelta en una gran polémica, hasta su última intervención en 1967.
La necesidad de clasificar los distintos tipos de enfermedades mentales ha existido siempre; ya en Mesopotamia, unos cuatro mil años antes de Cristo, se establece la civilización sumeria, de la que se conservan documentos médicos en tablillas grabadas mediante escritura cuneiforme. Se trata de una cultura mágico-animista que posee una concepción sobrenatural de la enfermedad: ésta se considera un castigo divino impuesto por diferentes demonios tras la ruptura de algún tabú.
Y posteriormente en el Antiguo Egipto se desarrolla un sistema médico público notable, que ya establece la importancia de ambientes estimulantes o de actividades recreativas como la pintura o el baile para el tratamiento de determinados trastornos del comportamiento. En el papiro Edwin Smith se afirma que el cerebro es el asiento de la mente.
En la antigua Grecia encontramos al padre de la medicina, Hipócrates, Hipócrates fue un pensador griego adelantado a su época, él consideraba que la enfermedad no era originada por demonios o fuerzas sobrenaturales; al contrario, afirmaba que toda enfermad era de origen orgánico y que podía tratarse y curarse.
Estableció la existencia de 4 humores: sangre, bilis amarilla, bilis negra, y flema, y a partir de estos cuatro humores estableció los cuatro temperamentos en función de cual predominara más en el individuo. El temperamento colérico (predominio de la flema), melancólico (predominio de la bilis negra), flemático (predominio de la flema) y sanguíneos ( predominio de la sangre).
Herederos de esta nueva visión de los tratarnos mentales fueron los romanos. Continuaron alejados del paradigma mágico y teológico, y encontramos a personajes como Aulo Cornelio Celso que propuso las actividades lúdicas para el tratamiento de determinados desórdenes mentales y desarrolla una clasificación de las enfermedades en tópicas o locales y sistémicas o generales. Galeno por su parte localiza la razón en el cerebro, y realizó estudios sobre lesiones cerebrales que le llevaron a establecer que el daño localizado en determinado hemisferio se correspondía con alteraciones en las extremidades del lado opuesto del cuerpo. Estableció que las causas de la locura podían residir en el cuerpo o la mente.
Lejos de las épocas anteriores en cuanto a la visión de la enfermedad mental, encontramos la Edad Media, caracterizada por olvidar la tradición y los avances anteriores en el campo de la medicina y las enfermedades mentales. En esta época, la religión toma el poder de todos los ámbitos de la vida, tanto privada como pública, y consecuencia de ello es la consideración de todo trastorno mental o de origen desconocido como posesión diabólica o brujería. La epilepsia, por ejemplo, fue confundida con frecuencia con la posesión. De este modo, y bajo la visión que predominaba en la época los enfermos mentales sufrían maltratos continuos, abandonos, cacerías de brujas (Inquisición), etc.
En esta misma época pero en la cultura árabe predominaba una visión radicalmente distinta, se creó el primer centro de acogida para enfermos mentales, donde se trataba a los enfermos con respeto y dignidad, se les daban baños, recibían cuidados y se cubrían todas sus necesidades.
Ya en el renacimiento tuvo lugar el despliegue de las ciencias físicas y la medicina, y aunque no tuvo gran impacto en la enfermedad mental, se desarrolló una línea divergente de pensamiento crítico con las posturas anteriores.
Es ya por el siglo XVII e Ilustración es cuando se empieza a estudiar en profundidad la mente humana desde una nueva perspectiva. Se comienzan a describir las primeras estructuras cerebrales, y algunas de sus funciones. En este contexto surgen las primeras propuestas terapéuticas. La locura en cualquiera de sus variantes (manía, melancolía, histeria, hipocondría...) es la expresión de un conjunto de debilidades corporales que se corrigen con métodos de supuesto fortalecimiento del sistema nervioso.
Destaca en este periodo Philippe Pinel, médico francés que cambió la actitud de la sociedad hacia los enfermos mentales. Ocupó el puesto de director médico en el Asilo de La Bicètre y posteriormente en La Salpêtrière, allí liberó a enfermos mentales de las cadenas con las que los retenían en lugares inhumanos, e inició un cambio en el modo de tratar a los enfermos mentales.
En su "Tratado de la locura" clasificó las enfermedades mentales en cuatro tipos: manía, melancolía, idiocia y demencia, y explicó su origen en función de la herencia y las influencias ambientales.
Sin embargo, no es hasta el siglo XX cuando se dispone de unos sistemas de clasificación de las enfermedades mentales ordenados y sistematizados.
En este siglo va forjándose un nuevo concepto de enfermedad mental, más ligado a una concepción orgánica y biologicista, heredera de las doctrinas degeneracionistas y del positivismo radical, que basaba sus observaciones en las colecciones de especímenes humanos clasificados en los manicomios. El representante más genuino de esta orientación, por la influencia que posteriormente tubo, fue Emil Kraepelin.
Y fue Kraepelin quien, en su libro Compendio de Psiquiatría, intentó establecer unos criterios comunes en relación a los sistemas de clasificación. Su principal planteamiento fue la necesidad de delimitar las enfermedades mentales en función de la agrupación de sujetos con alteraciones que sugieran un curso similar.
Otro personaje importante fue Eugen Bleuler firme defensor del origen biológico/genético de las enfermedades mentales, él acuñó términos tan importantes como esquizofrenia y autismo.
Por último, un enfoque constitutivamente diferente lo aportará Sigmund Freud que a través de la escucha y la interpretación trata de entender el origen psicológico del trastorno. Aporta la noción del inconsciente y desarrolla el psicoanálisis, escuela que posteriormente tendrá un gran impacto y seguidores.
A partir de este momento se fueron continuando clasificaciones mentales diversas, consonantes en mayor o menor medida por la realizada por Kraepelin y que conducirán a la creación de los actuales manuales diagnósticos como el DSM y la CIE, que sirven en la actualidad para el desarrollo de la labor clínica y de investigación a la mayor parte de los profesionales.
Tipos de enfermedades mentales
Transtornos de estados de animo
Su principal característica es que afectan a la persona emocionalmente y suponen una alteración del humor.
Un ejemplo es el trastorno bipolar, que combina períodos de mucha exaltación (maníacos) con otros de total abatimiento (depresivos). La duración de cada fase varía en cada persona, y se alternan con otros períodos en los que el estado de ánimo se normaliza y los síntomas de la enfermedad desaparecen prácticamente por completo.
Los trastornos depresivos son otro tipo de trastornos del estado de ánimo, que presentan síntomas como la tristeza, la desesperanza y la inhibición.
Transtornos de ansiedad
Son trastornos en los que predominan el miedo y la inseguridad, y se caracterizan por la anticipación de un futuro peligro o desgracia acompañados de un sentimiento incómodo.
Algunos ejemplos son el trastorno de pánico, el trastorno obsesivo-compulsivo, las fobias y el trastorno de estrés post-traumático.
Transtornos relacionados con sustancias
Estos incluyen problemas asociados con el abuso del alcohol y las drogas ilegales o legales. Los síntomas más habituales son cambios en el comportamiento (alteraciones en el apetito o en el sueño, disminución del rendimiento escolar o laboral, falta de motivación…), cambios físicos (pérdida o incremento de peso repentinos, deterioro en el aspecto físico, temblores…) y cambios sociales (cambio de amigos, problemas legales, necesidad de dinero…).
Transtornos psicóticos
Son los conocidos como trastornos de separación de la realidad ya que causan un desprendimiento de la misma (delirios).
El ejemplo más notable es la esquizofrenia, cuya característica principal es que la persona experimenta una grave distorsión entre sus pensamientos y emociones. Es frecuente que oiga o vea cosas que no existen, se aísle de su entorno, descuide su aspecto, sus quehaceres o crea cosas que no son verdad.
Transtornos de la personalidad
Estos trastornos se caracterizan porque la persona presenta una forma de sentir y de comportarse que se aparta mucho de lo socialmente aceptado, como pueden ser conductas violentas, inestabilidad o grandes dificultades para relacionarse.
Ejemplos de estos trastornos son el trastorno límite de personalidad y el trastorno antisocial de la personalidad.
Otros transtornos
Otras enfermedades mentales son los trastornos del sueño, trastornos sexuales, trastornos de la conducta alimentaria, trastornos del control de los impulsos, etc.
También existen los trastornos disociativos (en los que se altera el sentido de sí mismo), los trastornos somatomorfos (en los que hay síntomas físicos sin causa clara) o los trastornos del desarrollo (que comienzan en la infancia, la niñez o la adolescencia, como por ejemplo el déficit de atención, el trastorno del comportamiento, etc.).
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Hola @arnaldocasanova!!
Hiciste una excelente recopilación de la historia de las enfermedades mentales. Con tu post podemos ver como dependiendo del paradigma que dominaba en la época se clasificaba las distintas patología. Pasando desde los animistas donde se juzgaba que todo tenia una razón espiritual trascendente, en el que una psicosis se podía ver como la comunicación de la palabra de Dios a través de una persona. Hasta la ciencia actual donde todo tiene un basamento cuantitativo para poder diagnosticar.
Saludos!!
Hola, gracias por leer el post y por comentar. Saludos
Gran aporte, duele que además de lo que tenían que sufrir esas personas por su enfermedad mental, también eran cruelmente maltratadas. Todavía en la actualidad hay muchos que no entienden que estas son enfermedades como cualquier otra, las cuales ameritan tratamiento para que se curen, o al menos para mantener al paciente en un estado emocional aceptable. Ellos nos quieren estar enfermos, no es su elección, solo lo están.
Hola, gracias por comentar. Y pues si, lamentablemente la sociedad no actua de la manera que deberia en cuanto a problemas y enfermedades mentales. Saludos