Eran las 5:30 a.m., casi todo estaba listo para irme de vacaciones, tanto estrés y tanto trabajo por fin habían quedado atrás, sentía que necesitaba adentrarme en un lugar donde solo pudiera estar rodeada de naturaleza y llenarme de su sabiduría. Tomaba un delicioso café caliente cuando de pronto; sentí el llamado de la persona que contraté para que me llevara a la Gran Sabana en Venezuela, quería disfrutar la aventura de caminar por la selva, bañarme en sus aguas cristalinas, comer comida sana, necesitaba desintoxicar mi cuerpo de tantas impurezas, pero por sobre todo, quería tener un encuentro conmigo misma. No sabía que esperarme en esta aventura, pero si tenía muy claro lo que quería, necesitaba descubrir dentro de mi tantas respuestas, estaba en un momento de mi vida en que lo único que quería era auto descubrirme, y para ello, algo dentro de mí me decía que allí era a donde tenía que ir, que estaba haciendo lo correcto.
-¡Buenos días Don Andrés! Llego muy puntual ¿Quiere un cafecito?-
-¡Buenos días Aurora! ¡Si por favor muchas gracias, me viene bien un cafecito a esta hora para emprender el viaje!
-Ya se lo traigo- y de paso me llevo mi termo para el camino, ya usted sabe que soy muy cafesera.
-Bueno… mientras tanto, déjeme ayudarle con las maletas, que por cierto no están tan pesadas, ¡qué raro!, porque ustedes las mujeres siempre se llevan todo a donde van.
-¡Aquí tiene su café Don Andrés!, bueno… para que usted vea que no todas las mujeres somos iguales. En este viaje, decidí irme ligera de equipaje, llevo solo lo necesario, medicinas, repelentes, un mosquitero, ropa cómoda, trajes de baño, algunas sabanas, mi almohada favorita, mis zapatos, mi peine, mi ropa interior, tres de mis mejores libros, la Biblia y mis artículos de higiene personal.
Vaya, vaya, jamás oí a nadie llevarse una Biblia para un viaje de vacaciones.
Pues sí Don Andrés, eso fue lo primero que empaque, quiero que Dios y su palabra siempre me acompañen a donde quiera que vaya. Especialmente en este viaje.
-¿Ah sí?, ¿Cuénteme por qué este viaje es tan especial para usted? Porque irse a la Gran Sabana, y no a Mérida, a Margarita o la Colonia Tovar?
Bueno Don Andrés, este no es un viaje cualquiera, este es un viaje muy especial para mí, más bien es un viaje en busca de mi yo, deseo recargarme de esa energía especial que dicen que puedo encontrar allá, deseo rodearme de la naturaleza virgen, deseo bañarme entre aguas cristalinas, deseo conocer algunos chamanes, aprender de su sabiduría, quiero regresar como nueva de allá.
Buen, Aurora, yo deseo que en verdad pueda disfrutar de su viaje y pueda encontrar eso que usted anda buscando.
Así es, bueno Don Andrés si no le importa yo voy a dormir un ratito, el viaje es muy largo así que quiero descansar al máximo.
¡Tranquila!, no se preocupe, descanse que usted sabe que está en buenas manos conmigo, yo la despierto cuando vayamos llegando.
¡Gracias Don Andrés!.
Durante el viaje, camino a la Gran Sabana, tuve un sueño extraño, soñé con un hombre que me daba la Bienvenida al cambio, era un hombre apuesto y de rostro muy angelical, me perdía entre la perla de sus dientes y el cristal de sus ojos azules, su cabello era largo hasta los hombros y de color castaño, me decía que el camino está cada vez más cerca de su encuentro. No sabía de qué se trataba, sentía que estaba entre dormida y despierta, veía como sus brazos se abrieron a recibirme y yo cada vez más y más rápido me acercaba a él, sentía que quería ser tomada de sus brazos y que me abrazara fuertemente aquél hombre extraño. Me dijo su nombre, apenas podía entenderlo, no sé si me dijo Michel, Miguel o Manuel, algo así escuche. Cada vez que me acercaba, sentía de cerca una luz azul resplandeciente que bordeaba todo su cuerpo, no podía creer lo que estaba mirando, viví casi una especie de experiencia religiosa con aquél hombre que me atraía tanto, cual imán al metal, hasta que por fin, pude tocar sus manos, era tan fuerte, parecía todo un guerrero, era un hombre alto y de pronto, sentí que me despertaban.
-¡Aurora!- ,¡ Aurora despierta, ya llegamos!
Casi absorta y con ganas de seguir soñando me desperté, un tanto molesta y triste a la vez.
-Don Andrés caramba me despertó justo cuando soñaba con algo maravilloso- ya llegamos, Dios… por cuanto tiempo dormí que se me pasó muy rápido.
- Caray Aurora, dormiste por casi más de 12 horas.!
-¡Qué, Qué tanto tiempo! Respondí. - Vaya, necesito ir al baño urgente Don Andrés, dormí tanto que ni se cómo me pasó tanto tiempo, además debo buscar algo de comer.
- Okey Aurora, allá en ese restaurante usted encontrará baños limpios y mientras tanto, yo voy a ir a comprarle algo de comer, ya vuelvo, nos vemos aquí en un rato.
- Esta bien, aquí lo espero don Andrés, mire que necesito llegar rápido a la posada.
Camino al baño, no hacía más que pensar y pensar en aquel sueño que tuve, no podía sacar de mi mente aquel rostro tan hermoso, me sentía enamorada de alguien que nunca he visto en mi vida, que locura. Llegue al Baño, y me echaba agua sobre el rostro, quería despertarme de una vez, y concentrarme en lo que realmente era el motivo por el cual había llegado de tan lejos, no era solo un viaje de placer, era un viaje de encuentro conmigo misma.
-¿Qué te ocurre Aurora? Preguntó Don Andrés-
-¡Nada Don Andrés, descuide, no me haga caso. Dígame ¿qué me compró de comer?-
-Pues, te compré unas deliciosas empanaditas de pabellón que están muy ricas, ya me comí tres, y casi me comía otra, pero me dije ¡No… ya no más!-.
-Pues deben estar muy ricas, porque para que usted se coma tres, tienen que estar muy buenas. Listo, montémonos en el carro y lléveme a la posada donde me voy a quedar, y mientras tanto, me voy a comer estas empanadas que huelen muy rico la verdad y así, aprovecho que están calentitas.
Al probar aquellas empanadas, sentí que tocaba el cielo, - ¡Dios jamás había probado unas empanadas tan divinas- (dije), -¿cuantas me compró Don Andrés?- - Te compré tres, porque sabía que al igual que a mí, te iban a gustar.
No pues si no me gustan, me facinaaannn.
Al cabo de una hora, llegamos a la posada, era justo el lugar perfecto, unas casitas apartadas de todo y de todos, rodeada de la vista más maravillosa, me sentía privilegiada de poder divisar desde lo lejos nada más y nada menos que el Tepuy Roraima, ¡Oh vaya! Que bendición. Sin duda valió la pena viajar toda la noche y haber dormido tanto, pues siento el entusiasmo de salir desde ya a iniciar mi recorrido.
-Don Andrés nos vemos cuando venga a buscarme, ya de aquí en adelante mi recorrido lo haré sola-.
-Muy bien Aurora, la busco en unos días, espero que encuentres aquí eso que viniste a buscar y que disfrutes al máximo todo este tiempo. Cuídese mucho, ah lo olvidaba, te presento a Arekuna, es una india Pemon que te ayudará mucho a recorrer este lugar lugar con toda seguridad, ella puede entender tu idioma perfectamente y es hija de un gran amigo mío.
-Mucho gusto Arekuna, para mí es un placer conocerte, sin duda me ayudará muchísimo el hecho que conozcas toda esta tierra maravillosa, en verdad solo tengo 10 días para recorrerla y quiero conocerla lo más que pueda-.
-Mucho gusto en conocerte también, para mi tribu será un placer recibirte, nuestro amigo Andrés me contó a lo que vienes y nos sentimos muy honrados de que nos visites, espero poder serte muy útil en tu recorrido-
Muchas gracias Arekuna y gracias a usted también Don Andrés.
-¡Bueno me voy Aurora, mucho éxito!. Adiós y cuídenla mucho Arekuna-.
-Descuide Andrés, la cuidaremos muy bien- (respondió Arekuna).
-Bien Arekuna, hoy quiero conocer el Salto Ángel, tengo tantos deseos de bañarme entre sus aguas. ¿Crees que puedes llevarme hoy allá?
-Por supuesto, la llevare-
-¡Que emoción, muchas gracias! Voy por algunas cositas y ya regreso.
Tranquila, aquí la espero.
Lista aquí estoy Arekuna, volví rápido ¿verdad?
¡Si, que bien! Vallamos estoy muy feliz de iniciar este recorrido.
Arekuna iba comentándome todo sobre sus costumbres, me habla de sus creencias Pemones y también de todo el recorrido, al fin llegamos al majestuoso Salto Ángel, nos tomó muchas horas el recorrido, pero valió la pena todo el camino, fue muy enriquecedor, y más me llenó de satisfacción el poder ver un paisaje tan imponente como el que me rodeaba, no podía creer como Dios había podido crear un lugar tan majestuoso como ese, me sentía nada delante de todo lo que tenía a mi alrededor. Le pedí a Arekuna que quería meditar a solas en ese lugar y bañarme en esas aguas tranquilas.
-¡Tranquila Aurora! sé que viniste a reencontrarte contigo, te dejaré a solas y vendré por ti a la caída del sol. Tomate todo el tiempo que necesites.
Gracias Arekuna, nos veremos aquí al atardecer, estaré bien.
Mientras veía caminar a Arekuna alejarse por el bosque, sentía un poco de miedo, por el hecho de estar sola en un lugar que no conocía, tenía miedo de que pudiera pasarme algo mientras ella no estaba, trate de respirar profundo, una y otra y otra vez, hasta lograr alcanzar la calma dentro de mí y comencé a meditar y apagar poco a poco todas las voces que me perturban dentro de mí. Decidí lanzarme al agua y ¡wao! que fría estaba, traté de no pensar en lo fría que estaban sus aguas, sino más bien me concentre en su pureza, en lo cristalina que lucía y lo brillante que la hacían los rayos del sol. De pronto oí una voz que me dijo ¡Bienvenida Aurora!, asustada voltee y no podía creer lo que veían mis ojos, era él, aquél hombre de mi sueño camino hasta aquí. Ansiosa pregunté ¿Quién eres? No estoy soñando otra vez cierto? - ¡Soy Miguel!- y no descuida, no estas soñando.
- Yo te conozco o mejor dicho te soñé, ¿quién eres y porque estás aquí?
-Aurora sé que has venido a tener un encuentro contigo misma en este lugar y yo quise ser parte de ese encuentro. De hecho, pedí permiso para estar contigo, no debí, pero me gané ese privilegio.
-¿Cómo sabes mi nombre? ¿A quién tuviste que pedir permiso para estar aquí?, ¿de qué privilegio me hablas?
-Son muchas preguntas y te las responderé a su debido tiempo- Confórmate con saber que no estoy aquí para hacerte daño, al contrario, si tú eres lo que más amo, vine aquí a conocerte y a cuidarte y también acompañarte en tu viaje por 30 días.
¿Cómo? Pregunté sorprendida. No podía entender lo que este hombre me decía, dijo que yo era lo que más amaba? Esto de seguro tiene que ser otro sueño (lo dije en voz baja).
Verás Aurora, te conozco desde mucho antes de lo que tú puedas imaginar y estoy aquí porque logre el mérito para estarlo. Yo voy a ser tu guía por 30 días que es el tiempo que tú tendrás para adquirir el conocimiento y la respuesta a muchas interrogantes que has tenido a lo largo de tu vida y también es el tiempo que yo tengo para conocer el amor.
-¿Conocer el amor? Créeme que no entiendo absolutamente nada. ¡Ya va!, tú dices llamarte Miguel ¿cierto? También dices que estas aquí porque viniste a cuidarme y acompañarme y porque ganaste el mérito para estar aquí. Espera un momento… ¡tú!, ¿tú eres un Ángel?
-Soy un Arcángel, y mi nombre es Miguel, he sido enviado para acompañarte en la misión que has emprendido y también por una misión mía muy personal. Yo le he pedido a Dios que me conceda el favor de convertirme en un hombre y poder sentir y experimentar eso que ustedes los humanos llaman amor y le pedí que fueras tú la mujer del cual yo me enamoraría. Antes, por supuesto tuve que vivir y hacer muchas cosas para obtener ése mérito, sin embargo, Dios… que es mi gran jefe, se compadeció y aprobó mi petición, sin embargo me dijo que eso iba a depender solo de ti Aurora, si tú estabas dispuesta a ayudarme como yo estoy dispuesto a ayudarte.
-¡Dios mío! No salgo de mi asombro, no puedo creer que yo estoy ante la presencia nada más y nada menos que del mismísimo Arcángel Miguel, esto es más que una experiencia religiosa, estoy gratamente sorprendida y hasta me conmueve el hecho de que tu hayas bajado a la tierra para ayudarme a mí y no solo eso, sino también para conocer y experimentar el amor.
-Esto que ves reflejado en mí, es el cuerpo físico que Dios me dio para encarnar un humano, generalmente no soy así, pero Dios considero que es así como tenía que lucir, para ser un humano como tú. Dime ¿qué opinas?
-¡Dios!, la verdad es que todo lo haces tan perfecto. Te creó tan único, tan bello por dentro como por fuera, te ves increíble, te vez un hombre tan guapo, que no tengo palabras, eres más bello físicamente que en mis sueños. Quiero darte un beso ¿me lo permites?
-¡Si claro!, a eso vine, a que me enseñes a experimentar qué se siente que te den un beso.
Físicamente me sentía extasiada el hecho de tener un hombre tan fuera de serie delante de mí, no era cualquiera, se trataba nada más y nada menos que el propio Arcángel Miguel, encarnado en el cuerpo de un hombre, que había bajado a la tierra a experimentar el amor, dejándose llevar por vez primera; a sentir y experimentar conmigo lo que nunca antes había vivido jamás. Me acerque lentamente, sus ojos me atraían, sus labios me provocaban, su cuerpo de guerrero varonil me volvía loca, de solo estar cerca de él, sentía que estallaba de energía, ¡Dios… cuanto me gusta este hombre!, no podía ir muy rápido, todo tenía que ser lento, dulce y suave, quería que este su primer beso o nuestro primer beso juntos, sea único, celestial y sublime, quería llevarlo a la Gloria, y de pronto me sorprendió la manera como me estrechó entre sus brazos, haciéndose cargo de la situación como todo un hombre normal, me miró fijamente con sus ojos color cielo y me besó cálidamente, no quería que dejara de hacerlo, se sentía tan divino, a pesar de su inexperiencia, lo hacía perfecto, él era demasiado perfecto.
-Eso es lo que ustedes llaman un beso ¿verdad?. ¡Wao!, que sensación tan especial el poder sentir tus labios junto a los míos, no puedo creer lo maravilloso que se siente el poder escuchar los latidos de tu corazón y al mismo tiempo sentir como te estremecías en mis brazos, créeme que es una sensación tan única, no cambiaría este momento contigo, por ningún otro de los que he tenido a lo largo de mi vida. Ni hablar de mis propias sensaciones, son tan indescriptibles, me siento locamente enamorado, y apenas con sólo un beso.
¡Aurora, Aurora! ¿Estás bien?. Dijo Arekuna.
¡Ah! ¡hola Arekuna!, como estás quiero presentarte a… (y de pronto había desaparecido Miguel).
-¿A quién Aurora? Yo no veo a nadie.
(Busque a mí alrededor sin encontrar nada) -Olvídalo Arekuna, debo haberme quedado dormida, creo que todo fue un sueño otra vez. Creo que duré tanto tiempo meditando que me quedé dormida. ¡Qué lástima!, tuve un sueño tan hermoso y parecía tan real, ¡pero no…! era solo un sueño (me sentía tan deprimida).
-¿Y qué soñaste Aurora? ¿Acaso estas llorando?,
(Sollozando) -Soñé que me besó un ángel, o mejor dicho, el Arcángel Miguel, me dijo que había venido con dos propósitos especiales, uno que era ayudarme a encontrar las respuestas a todas mis interrogantes y el otro propósito por el cual él había venido, era con una misión muy personal de experimentar lo que se siente estar enamorado y que me había escogido a mí para vivir esta experiencia, ya sabes desde el punto de vista humano. Pero bueno, fue eso, solo un sueño.
-Ya no llores Aurora, vámonos que ya es tarde, ya está cayendo la noche y debes tener hambre, necesitas descansar, por lo que veo has tenido un día muy intenso para ser el primer día. - Si tienes razón Arekuna, todo esto me ha dado mucha hambre.
Al llegar a la posada, entre a la habitación un tanto desconcertada, no podía creer que ese beso fuera solo un sueño. Me sentía tan desesperada, comencé a quitarme la ropa y entre al baño a darme una ducha, y sentí una voz que me dijo.
-Aurora eres una mujer bellísima. Dios te hizo perfecta-.
¿Miguel eres tú? (dije sorprendida), rápidamente tome la toalla y cubrí mi cuerpo.
-¡Si Aurora! soy yo…¿ por qué te sorprende?.
Es que te quise presentar con Arekuna y desapareciste, y me sentí muy triste, porque pensé que nuestro encuentro fue todo un sueño y que el beso que nos dimos no fue real.
Yo no soy un sueño Aurora, soy real, es solo que teniendo el cuerpo físico de un hombre, aún sigo siendo un Arcángel, yo no he dejado de cumplir con mis funciones. Ella no puede verme si yo no quiero, solo me importas tú y puedo aparecer y desaparecer cuando quiera y a donde quiera, es más si quieres ahora mismo, puedo llevarte a donde quieras. Dime ¿aceptarías ir a bailar conmigo?
-¡Vaya entonces eres real! ¡No eres un sueño que feliz soy!!! Espera un momento, ¿cómo es eso que quieres ir a bailar, a dónde? Yo no tengo ropa adecuada.
-No te preocupes, así como te ves luces hermosa, quiero que me enseñes a bailar Aurora-
-Te parece bien que salga a bailar contigo así vestida, solo con toalla y ropa interior.
-Si perfecta, así te ves lindísima.
-Verás Miguel, tú eres un Arcángel y tal vez no sea raro para ti, pero yo soy humana y no puedo salir casi media desnuda a bailar contigo por allí.
Claro que puedes, te llevaré a un lugar donde no hay miradas que nos juzguen, solo estaremos tú y yo bajo la luna disfrutando de un baile, ven confía en mi déjate llevar, sabes que no voy hacerte daño.
-Déjame cambiarme si, necesito ponerme algo de ropa un poco más abrigada, tú tal vez no te enfermas, pero yo como humana si, así que no quiero resfriarme. - Ok perfecto, como te sientas cómoda.
-Gracias no me tardo.
-Muy bien estaré esperando.
Minutos después, salí completamente maquillada y arreglada para el hombre que me esperaba, quería lucir bella y atractiva para él. Mi sorpresa fue que él también se cambió, lucía de traje como un hombre normal, se veía muy apuesto y elegante.
-Hola Aurora, ¡vaya! Mírate, luces tan hermosa esta noche.
-¡Tú no te quedas atrás Miguel!, para no tener experiencia como humano, tienes muy buen gusto al elegir un traje como ese.
-Gracias, quise agradarte y lucir bien para ti.
-Que detalle tan lindo Miguel, gracias por siempre hacerme sentir tan especial a tu lado. Sabes, nunca antes me hizo sentir tan especial como tú. - Me siento halagado, como hombre y como Arcángel también.
- ¿Nos vamos? (me dijo).
Me tomó de su brazo y salimos juntos, no salimos por la puerta de la posada, como cualquier persona lo habría hecho, para nada, cruzamos una especie de puerta que nos llevó a un lugar hermoso y mágico. A pesar de que en realidad era de noche, allí era un lugar iluminado y me dijo, te traje a este lugar, que es el paraíso.
¿Al paraíso? ¿Acaso estoy muerta? (Pregunté aterrada)
-No, tranquila, te traje aquí con permiso de Dios, para que conozcas personalmente el paraíso y puedas dar testimonio de que este lugar existe, y que es tan real como tú y yo.
Miguel, no sé cómo describir lo que siento por ti, apenas he estado contigo dos veces y ya siento que te amo, no se siquiera como explicarlo, pero estoy enamorándome de ti. Tengo miedo Miguel, esto es solo por unos días y después ¿qué? Tú seguirás siendo un Arcángel y yo una mujer enamorada de un hombre que no podrá amarme o corresponderme jamás.
-Tranquila Aurora, debes aprender a vivir un día a la vez, debes aprender que yo estoy aquí para enseñarte cosas y tú estás aquí para enseñarme cosas a mí. Ambos somos inexpertos, pero ¿sabes qué? Te amo, y porque que te amo, decidí hablar con Dios para que me permita amarte, para que me permita sentir que se siente ser amado por la mujer que yo amo. Tal vez no te amo como te ama un hombre, creo que te amo más. Desde lo puro, desde lo sagrado, desde lo eterno, sin límite de tiempo y de espacio, libre de egos, libre de malicias, te amo. Y no quiero que sufras, no quiero que llores, solo quiero que aprendas a vivir un día a la vez y me tomes de tu brazo y bailemos, al ritmo del sonido del viento, al ritmo del sonido de las olas, al ritmo de la luz de las estrellas, somos solo tú y yo, un amor hasta la eternidad.
-Eres un Ángel que ha caído del cielo, para mostrarme lo bello del amor, del más puro y verdadero amor y si un día te marchas, quiero irme contigo, porque después de conocerte no creo que pueda amar a alguien más. - Aurora, debo marcharme pero regresaré, aún tengo cosas pendientes, aun tengo cosas que son mi responsabilidad, pero sabes algo, estaré allí cerca de ti, a tan solo un pensamiento, solo debes pensar en mi y yo estaré cerquita de ti.
- ¿Sabes que te voy a estar esperando cierto?, Por favor Miguel, solo regresa, solo ven por mi.
- ¡Lo haré amor, estaré aquí para para ti!
(ambos se tomaron de las manos y Miguel desapareció).