Vi a mis tres perros y no sabía si llevar a uno de ellos o no, pero me dio lástima y opte por el Luther, el más loco y quién más necesitaba salir.
Lo chistoso es que más bien el loco y el que necesitaba salir era yo.
Lo subí a mi pick up lo amarré para que no intentara lanzarse al ver un perro y me fui.
Me encanta manejar, y para quienes me conocen bien, saben que me encanta pisarle fuerte al acelerador pero con Luther atrás, sabía que no podía correr mucho, en la carretera que no es muy apta para andar rápido.
No supe en que momento puse mi música a un buen volumen y me dirigí hacia la carretera.
Venía escuchando mis canciones y cantando creo a gritos con mi horrible voz o como diría el buen tío Isaac, sé que canto feo pero con un chingo de sentimiento.
Pasé el primer pueblo Tzimol, venía tan absorto que ahí por primera vez recordé que traía un perro atrás.
De ahí comienza uno a bajar hacia el rancho y empezó la neblina y no pude acelerar más como hubiera querido.
Pero seguía cantando y viendo esa vegetación, sentir el olor a lluvia sobre las plantas y yo con mi camioneta solo porque de nuevo olvidé al perro.
Si quisiera describir lo que es la sensación de libertad no podría pero cuando la sientes es algo que te llega hasta los huesos y el alma.
Al desviarme para la carretera que va a mi rancho aceleré, bajé los 4 vidrios, le subí más al volumen de mi música y por Dios, estás en otra dimensión!!!!!
Vuelvo al mundo por el ladrido de mi perro quién me hizo recordar de nuevo que no venía solo.
Llego, encuentro mi reloj, me detengo a ver ese paisaje hermoso y no ví nada estaba la neblina en lo más espeso.
Sonreí, veo que las mojarras me piden comida, me compadezco de ellas, las alimento, pasa Luther corriendo feliz y libre y yo me sentía igual.
Me voy a correr sola con mi perro, solo se escucha el agua bajar de las laderas, comienza a disiparse la neblina.
Entran los primeros rayos de sol, de regreso corriendo en la subida ya no puedo, Luther me viene jalando, llegamos y es hora de partir.
Todo es como en un principio, el regreso en carretera, la neblina, la música, el perro, el loco manejando pero sobre todo la sensación de libertad.
Entré a Comitán y entró mi realidad. La vida de todos los días, dónde parecemos robots, no digo que no disfrutes pero hacemos tantas cosas ya en automático que olvidamos que podemos tener momentos donde olvidas las preocupaciones y te regalas un tiempo valioso tan valioso como la libertad.
Congratulations @atk! You have completed the following achievement on Steemit and have been rewarded with new badge(s) :
Award for the number of upvotes
Click on the badge to view your Board of Honor.
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word
STOP