Sé que al hablar de religión estoy metiéndome en un mundo un poco controversial, pero en realidad no será ni una crítica de una religión ni la defensa de una, simplemente hablaré de una experiencia muy simpática.
En primer lugar, fui criada con la enseñanza de la religión católica, mas soy muy liberal y no me gusta el fanatismo al respecto. Sin embargo, hace unos semestres atrás en la cátedra de Antropología abordamos el tema de las religiones, de cómo surgieron y cómo es que hoy día aún se mantienen. Al investigar sobre estas, me encuentro con que algunas son un poco fuertes como otras son muy lindas, por ejemplo el Budismo que es sobre la que hablaré en este post.
El Budismo es considerado una doctrina filosófica, aunque de igual forma una religión y surge con la siguiente historia, en la que hago una recopilación de varias páginas para que no sea tan extenso, pero a su vez abarque toda la magia de esa grandiosa historia.
Hace un tiempo remoto, en el reino del clan shakya, en lo que ahora es Nepal, nace un niño con un futuro prometedor, ya que un vidente pronostica que este llegaría a ser un gran gobernante o un iluminado. Esto motivó al padre del niño, el Rey, a mantenerlo alejado del mundo exterior, rodeado de grandes lujos y felicidad, para que de esta forma el niño siguiera sus pasos y no se convirtiera en un guía espiritual, a este niño le colocan por nombre Siddhartha.
Según varias fuentes, Siddharta se casa muy joven y tiene un hijo, sin embargo este no era feliz, su vida se basaba en solo satisfacer deseos materiales siendo esto vacío y poco satisfactorio. Por lo que se dispuso a salir del palacio en varias oportunidades, en las cuales se le presentaron 4 momentos importantes. La vejez, la enfermedad y la muerte que indicaban el sufrimiento inherente a la vida humana y un momento religioso, en el que se manifiesta la necesidad de hallarle un sentido a la vida.
A la edad de 29 años deja a su familia con la finalidad de buscar la verdad de la existencia humana, en ese recorrido por la India se consigue con varios maestros que le inspiraron por completo por sus vidas sencillas de oración y meditación. Por lo que decide poner en práctica este estilo de vida, que consistían en el control de la mente, la suspensión de la respiración, el ayuno total y una dieta severa, disciplinas muy dolorosas en algunos casos. Permaneció en este mundo por 5 años, luego de este periodo se dio cuenta de que esto no le llevaría a la iluminación y decide abandonar ese camino.
Siddharta pasaba largas horas de meditación a la sombra de una higuera en donde dijo:
“Que mi piel se seque, mis manos se entumezcan y mis huesos se descompongan. Hasta que no haya logrado la comprensión no me levantaré de aquí".
Es ahí, en esa higuera donde Siddharta consigue la iluminación que suele contarse en una noche dividida en cuatro vigilias, en las cuales éste atraviesa los diferentes niveles de absorción meditativa (dhyanas) donde consigue recapitular y recordar todas sus vidas previas, eliminar completamente todo rastro de karma y entender el origen dependiente (que es a grandes rasgos la arquitectura del samsara, o cómo se construye un mundo de sufrimiento a partir de la ignorancia), en este proceso se le presentan una cadena intrincada de las causas y efectos que regulan la vida.
En la llamada primera vigilia de la noche, le fue otorgado el conocimiento de sus existencias anteriores. En la segunda, fue provisto del tercer ojo o visión divina, en la que pudo observar el recorrido cíclico que atraviesan todos los seres vivos, observó cómo los seres tomaban existencia en relación a la virtud de sus actos.
En la tercera vigilia, entiende que el final de este sufrimiento era el nirvana, es decir, escapar del renacimiento. El nirvana no se podía alcanzar en este mundo, pero logrando un estado de bienaventuranza, el gozo de no preocuparse más por el propio 'yo', una persona podía escapar al dolor de la vida. Y en la cuarta vigilia, despierta en un completo estado de omnisciencia (conocimiento de todas las cosas reales y posibles). A partir de su iluminación, Siddharta Gautama fue conocido como Buda, el Iluminado.
Siddharta había comprendido que el sufrimiento humano está íntimamente ligado a la naturaleza de la existencia, al hecho de nacer, y que para escapar a la rueda de las reencarnaciones era necesario superar la ignorancia y prescindir de pasiones y deseos. Tomando en cuenta que se desean cosas o fenómenos que no son permanentes y al no obtenerlo se produce la insatisfacción por lo que en ocasiones actuamos de forma errónea cumpliendo con la ley universal del karma, según la cual cada acción buena o mala se verá recompensada o castigada en esta vida o en cualquier otra futura reencarnación.
Siddharta Gautama comenzó su enseñanza. En su primer sermón, cerca de Benarés en la India, enseñó lo que él había descubierto que era la noble verdad del camino que conduce al cese del dolor, el denominado “noble camino óctuple” que consta de: 1- Visión recta, 2- Intención recta, 3- Discurso recto, 4- Acción recta, 5-Ocupación recta, 6- Esfuerzo recto, 7- Atención recta y por último, 8-Concentración recta.
Buda continuó predicando durante cuarenta y cinco años, no era un agitador y jamás fue molestado ni por los brahmanes, a los que se oponía, ni por gobernante alguno. Hasta el final de su vida, Buda estuvo viajando de pueblo en pueblo instruyendo su camino óctuple.
Murió a los ochenta años en la luna llena de mayo. Este día de mayo es el más sagrado para los budistas, ya que en él no solo nació y murió Buda, sino que obtuvo su iluminación.
¿A dónde quiero llegar con toda esta historia?
Es al hecho de que al hablar de religión u otras cosas, siempre damos como única o verdadera aquella enseñanza que nos impartieron sin darnos el placer de ver más allá, nos cerramos a nuevas experiencias y de esa forma perdemos la oportunidad de adquirir un mayor conocimiento sin saber si este será de nuestro agrado o no.
No soy budista, pero a raíz de ahí, decidí tomar una parte importante de esta doctrina, y es reconocer la ley del karma (ley de causa y efecto). Esto implica hacer conciencia en nuestros actos, pero hacer las cosas desde el corazón, no simplemente porque pienses que si haces algo malo se te va a devolver, no, lo ideal es hacerlo desde lo más profundo de tu ser, y si simplemente no tienes algo bueno que ofrecer, no interfieras en el buen curso y desarrollo de los actos de los demás.
Seguido de esto debemos dejar de darle tanto valor a las cosas materiales, no digo que no sean necesarias y más en estos tiempos, pero solo observemos este escenario, donde la avaricia y las ansias de poder dominan a un grupo de personas que sin importar algo más que su propio beneficio lastiman y arremeten contra la integridad y dignidad de otros, entonces, ¿para qué vivir con el alma enferma solo por algo tangible? No te preocupes por lo que hace el otro, ocupate, para que tu ser se sienta en calma y verás como las cosas buenas irán llegando en su debido momento.
Para la redacción de esta historia fueron tomados como referencia los siguientes enlaces: 1 2 3 4 5
Lo amé!!!
jajajajajaja graaciiaass...
Muy interesante. El budismo siempre me ha parecido algo maravilloso.
Gracias. En realidad te hace ver las cosas desde una perspectiva diferente.
Increíble recapitulación... Tu enfoque es directo y preciso a lo que se debe observar en este presente en el que estamos. También hablas de una de las leyes propuestas en el libro el "Kybalion". Siendo esa "Causa y Efecto"; grandes precursoras de nuestro dilema existencial...
graaciiaass mi amoorr...
@reveur ven