Y es que sentirse pleno en la vida intrínseca depende de una cuantía de factores emocionales y, por qué no, hasta espirituales. Basta con canalizar cada momento y llevarlo hasta ese punto de nuestra búsqueda plena de las buenas cosas que hacen el intento por hacernos felices; aunque debamos superar en primera instancia los traspies (errores o equivocaciones) que al fin y al cabo nos enseñan que todo tiene un sacrificio. Un abrazo.