Un extraordinario tributo a esa páginas amarillentas que amasan las emociones a flor de piel, un carismático estado de suficiencia que sólo las palabras logran inyectar hasta los tuetanos, una rara sensación de voluntad que las buenas historias dejan en una mente elucubrada. ¡Bravo!
Emociones que se crean y afloran desde nuestro interior, recorren cada vena y llenan cada parte de nuestro ser a medida que vamos leyendo, hasta hacernos sentir vivos. ¡Muchas gracias!