Hola @raque, qué gusto verte por aquí.
En aquel entonces se acostumbraba dar "cadena perpetua" a los que cometían "alguna traición" y pertenecían a las clases pudientes, para que sirviera de ejemplo a otros; Fouquet, el ministro de finanzas de la época, conoció a La máscara en Pignerol, y ambos corrieron con el mismo destino, la única diferencia era que todo el mudo sabía quién era Fouquet. Seguro debía de haber otro componente que desconocemos, que hizo este caso tan único. Muchas gracias por leerme.