No sé en qué momento empecé a verte así, como una pequeña muñeca de cristal, incapaz de soportar el peso de nada, tanto fue, que decidí cargar todo el peso de lo malo que pudiese pasar, decir, pensar. Tan delicada para mí como ajena, tan frágil que nunca podría concebirte a mi lado, solo podría protegerte de todo, protegerte de mí, de mis malos pensamiento, de nuestros discernimientos.
Tal vez si sé en qué momento pasó, te lastime mucho ¿cierto? Tal vez demasiado, lo siento.
Lo vi venir, vi cómo te colocaba en una cajita de cristal para no poder tocarte nunca más y me dedique a protegerla de aruñazos en un mundo de tormentas de arena.
Te mostré y enseñe lo mejor de mí sin darte una muestra de lo peor, pero no me di cuenta que con eso solo te quería a medias porque solo una parte de mí era libre contigo mientras la otra se ocultaba con miedo a que notaras su existencia y las pocas veces que notaste un brillo de mi cuadro secreto te notaba tan abrumada que tu perdón no era suficiente porque yo no podría perdonarme.
Hoy nos separa un mar a pesar de tenerte en frente y asumo mi culpa, porque sé que te amo pero no puedo tenerte a mi lado, no como tú quieres, no como mi compañera, me dedique a alejar esa idea de mi mente cuando te encerré en esa cajita de cristal que ni yo podría pasar.
Me pareció profundo, hermoso...
Saludos
Muchísimas gracias, en serio.