Los centros de salud y los centros educativos son dos de los grandes focos donde día a día los profesionales se encuentran con problemas de comunicación con personas provenientes de otros países. Pero no se trata de personas poco competentes en la lengua española: me refiero a otro tipo de problemas. Lo que ocurre es que, a veces, aunque un hablante extranjero tenga un buen nivel de español, ha aprendido las palabras del idioma pero no ha aprendido la manera de ver el mundo que conlleva este idioma.
Pongamos como ejemplo una realidad cualquiera: Idir, un niño proveniente de una población del África septentrional, llega a una escuela del territorio español. Éste es hablante de la lengua amazigh (también conocida como bereber), pero poco a poco va aprendiendo el español hasta que llega un punto que domina el idioma de la misma manera que el resto de niños de su edad. Su comunicación con los profesores es fluida y aparentemente no conlleva dificultades.
Pero a Idir le detectan un supuesto problema de visión: su profesor explica que al mostrarle los colores el niño no sabe distinguir entre el verde y el azul y, por tanto, le envía al oftalmólogo. Craso error. Lo que debería haber tenido en cuenta este profesor es que no todas las lenguas tienen la misma manera de designar los colores, e Idir no conoce la forma del español.
La categorización de los colores
El azul lo será tanto en España como en Africa; y el verde también será verde esté donde esté; el color es el mismo. Pero aunque se trate de una misma realidad, la manera que tenemos las personas de organizarla en la mente varía. Es lo que se conoce como categorías.
Fijémonos en la gama cromática de la imagen siguiente:
Una persona nacida en España diría que todos los colores, del 1 al 20, son azul. En ruso, en cambio, no lo ven de la misma manera, porque segmentan la gama cromática con dos categorías donde el español distingue sólo una: un ruso nos diría que las muestras del 1 al 10 son de color "golubóy" ('azul cielo') y del 11 al 20 son de "siníy" ('azul marino'); dos colores distintos.
Naturalmente a veces ocurre al revés, que algunas lenguas distinguen una sola categoría donde otras tienen más de una. En la lengua amazigh, por ejemplo, el color azul y el verde se incluyen dentro de una categoría sola, lo que ellos llaman "azegza".
Así pues, no es que Idir tenga problemas de visión. Es que la manera de interpretar la realidad no es la misma en español que en amazigh. Las palabras del español no son equivalentes a las del amazigh porque tampoco son equivalentes las categorías que hay detrás. Y cuando Idir aprendió el español, lo hizo desde la perspectiva de su lengua materna, el amazigh.
Con este ejemplo pretendo invitaros a reflexionar sobre las diferencias de categorización entre diferentes lenguas, porque fácilmente pueden dar pie a muchas dificultades de comprensión.
Desafortunadamente, a lo largo de su vida personas como el pequeño Idir pueden encontrarse con problemas de este tipo más allá de los colores y en muchos más contextos que el escolar. Porque la manera de organizarlo todo en categorías conlleva dificultades similares en ámbitos del cuerpo humano, del tiempo, del espacio, del lenguaje gestual o del cómputo de los números, por poner sólo algunos ejemplos. Pero estos los dejaremos para el siguiente artículo.
Great Post!
Thanks for your work as well! Followed @bert0
Felicidades amigo interesante tu post
Se dice que los colores es un efecto de la luz que en realidad los colores no existen, de verdad esta interesante!.. agradecido por esta informacion.
Saludos!
Saludos buena info exitossss
verry goood
gran trabajo. me gustaria mucho verte por mi blog 💪👍
Interesante, realmente se aplica a cualquier ámbito cultural. El azul del mar de la isla de San Andrés va del 1 al 20
Genial. Dicen todo lo que vemos es creado por nuestro cerebro, interesante. Muchas gracias por el post, no todos vemos los mismos colores y, tal vez, el mundo.