Un grupo de amigos me habían invitado a ser parte del equipo de pesca submarina de mi estado, y aunque la playa más cercana la teníamos a hora y media de mi ciudad, decidí hacerlo...
Primeramente tuve que pagar mi curso, esperar que mínimo 12 personas se inscribieran, para que las personas que dictaban el curso pudieran viajar desde la capital hasta mi ciudad y cuando por fin me dieron fecha de inicio, me dijeron que eran 2 días de teoría y yo dije qué? y cuando nos lanzamos al agua?
Bueno, se llego el gran día, ya con mi guía descargada de reconocimiento de peces (sí, porque no todos se pueden pescar, allí se ve la especie y ademas si tiene el peso adecuado, entre otras cosas) a la espera de las personas que dictarían el taller, vi como poco a poco iba llegando las personas, unos muy gorditos, otros muy mayores (casi podría decirles abuelitos) que no me podría imaginar como iban a aguantar la respiración bajo el agua por mas de un minuto, y a parte, también llegaron los expertos, que sin haber llegado a tocar el agua en el curso ya se habían leído la guía, visto documentales, youtube y demás; luego estaba yo, que bueno, no lo puedo negar, había googleado un poco por si habían tiburones en las costas venezolanas, peligros y otras cosas las cuales para mi como un poco miedosa que a veces puedo ser, debía saber...
Sentada de penúltima en la larga mesa donde estábamos reunidos (si, casi de última para no perder la costumbre de cuando estudiaba y llegaba un poco tarde) y socializando y escuchando un poco lo que los super estudiosos ya habían investigado (que por cierto, era tan interesante que algunas cosas ni las entendía) llega el momento en el que entran los dos facilitadores del taller, un hombre y una mujer y ¨no puede ser¨ pensé en mis adentros... el entrenador no tiene un brazo, wao! y por supuesto pensé lo qué muchos ustedes se imaginarían si pensamos algo parecido ¨le comió el brazo un tiburón¨, pensé en la película de la muchacha que le faltaba el brazo por un tiburón y aun surfeaba y bueno, regresé en mente cuando se presenta primeramente él diciendo ¨Mi nombre es Martín Stefano y este brazo lo perdí porque un tiburón me lo comió¨ y claro esta mi cara de blancura, pálida, no era normal, con los ojos extremadamente abiertos, cuando sintió mi mirada comenzó inmediatamente a reírse y dijo, ¨es mentira, fue una mala praxis de cuando era pequeño de tan solo 7 años por un mal yeso colocado¨, ah y ella es mi ayudante Elizabeth, sub campeona mundial en pesca submarina femenina y dijo en risas, sí, una española le quito el primer lugar¨
Después de los dos días de teoría, llegaron los dos días de piscina, hicimos ejercicios de respiración (para aguantar la respiración) clase de nado, patada con la aleta entre otras cosas y ya estaba lista para la playa!!!
Estaba con todo mi equipo, traje, lastre, aletas, visor, snorkel, arpón y demás; llegamos a una isla y dicen, preparen todo y yo me pensé ¨Bueno, por lo menos el agua es transparente como una piscina, veo todo, no veo ningún animal raro ni nada¨ y le digo al entrenador, Martín, ya nos podemos lanzar al agua? y me dice ¨aquí? no vale, para nada, vamos mar adentro y la prueba de hoy será estar 4 horas en el agua sin sostenerse de nada¨ Casi muero con esa respuesta y su compañera me dice, tranquila que es fácil, y así lo fue, el mar tiene agua muy densa, lo disfrutamos, hicimos prácticas de entrada, tiempo aguantando respiración (apnea) entre otras cosas, ese día fue bien, muy distinto a mi segundo día...
En mi segundo día iba muy confiada, o sea, si había podido aguantar tanto tiempo en el agua, hacer unos cuantos disparos con mi arpón y demás, pues el otro día que era de práctica sería normal, hasta que llego el momento de las instrucciones de Martin:¨Bueno, todos estarán en parejas, para que se cuiden, y ven ese faro a lo lejos que se ve allá? bueno, hasta allí nadarán, Betty, tu vas con el vomiton, que no aguanto nada y ya se lanzó, lanzate con él¨ literalmente ese compañero no podía quedarse en la lancha porque se mareaba, yo no podía entender cómo alguien que teme al agua se puede venir a hacer esta clase de actividades, se lanzó tan rápido que no escucho las instrucciones, me acerque a él y le estaba tratando de explicar, pero él estaba tan entretenido mirando pecesitos que no me prestaba atención, y bueno, en vez de esperarlo decidí empezar a nadar sin él, pues si lo esperaba, nunca iba a terminar de llegar y me fui al mismo ritmo que las otras parejas...
Nadaba, levantaba la cabeza, miraba a un lado y al otro y veía a todas las parejas, repetí esto como 5 veces, cada cierto tiempo, cuando de repente volví a mirar, miré a mi derecha y no había nadie, a mi izquierda tampoco, detrás y menos... comenzó a entrarme mucha agua porque estaba muy picado el mar y entraron los nervios en mi cuerpo y me dije, bueno solo hay dos opciones, seguir nadando hasta el faro o devolverme, pero a donde? hacía atrás? si en el mar no me podía ubicar bien donde era atrás, sólo me encomendé a Dios y di un giro de 180^grados y comencé a devolverme, y de repente vi a mi compañero, sentí como si hubiese visto a Dios, con todo respeto, casi que caminé sobre el agua y cuando llegue y lo vi, le dije que habían sido irresponsables conmigo, que casi moría y todo un drama como toda buena mujer saber hacer y de repente me empece a hiperventilar, sentía que me iba a morir allí, quería agarrar a mi compañero porque entre en desesperación y mi compañero en vez de ayudarme se apartaba de mi (claro por sobre vivencia si se dejaba agarrar de mi lo podía ahorar) cuando el se alzo e hizo señas a la lancha, llego cerca a donde estabamos y se me quitaron todos los males hasta que me monte en la lancha, cuando alli le explico al baquiano que manejaba la lancha todo lo que había vivido me dijo que esa parte era super peligrosa que ni los verdaderos nadadores se debían confiar... y yo por supuesto más molesta me puse, cuando de repente Martín, mi entrenador sin un brazo me dice desde lejos, Bettyyy lánzate!!! y yo decía como un dicho de Venezuela ¨PREFIERO QUE DIGAN AQUÍ CORRIÓ QUE AQUÍ MURIÓ¨ no me iba a lanzar por nada del mundo y no me importaba perder el dinero en el taller, los implementos, mi tiempo, con tal y sentirme a salvo, luego mandaron a montarse a todos, nadie pudo llegar hasta la meta y mi entrenador dijo que ciertamente estaba muy fuerte ese lado salvaje, mejor íbamos a otro lado y yo les dije, jamas me bajaré hasta que lleguemos. En fin, en entrenador se disculpó, me dijo que me acompañaría a mi y decidí hacerlo nuevamente, entreteniéndome mirando los peces y señalando las especies mas bellas fue que volví a acuatizarme, luego de esa loca experiencia en medio del mar, sola, encontré la calma en Dios quien fue que me ayudó.
Hoy en día he dio muchísimas veces, con la practica entre amigos todo ha sido lo máximo! Experimentar el mar es otro nivel, ver el mundo menos conocido por el hombre donde todos los días se descubren una nueva especie, espero que algún día ustedes tengan la oportunidad de estar así de cerca con el mar...
En mis próximos post si comentaré otras experiencias, locas y divertidas de este maravilloso deporte!!
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Wow, que sirena!
Gracias! Saludos!!
jaja no está fácil. Si te hubiese agarrado una corriente marina te hubiese llevado lejos de ahí, claro supongo que el entrenador y el de la lancha conocían el lugar.
Eso mismo pensé en ese momento y aún sigo pensando! Terrible porque sentí que no debieron hacerlo de esa manera, fue una loca experiencia pero ya no volvió a pasarme, ahora cada vez que puedo lo disfruto! Saludos desde Barquisimeto!