Sí aceptáramos que nada existe por si sólo, fuera de nuestra mente, entonces podríamos deducir que todo lo material y también lo no material, como las ideas o pensamientos de los demás, son tan sólo espejismos y que escribir no tendría sentido dado que no hay nadie aparte del yo para comunicarnos. Realmente es una teoría que nos saca de contexto y nos plantea muchas interrogantes; además, seguramente, es el punto de partida para los escritores de ficción. Tu post me obligó a indagar un poco más sobre el tema y el conocimiento nunca está demás aunque sea superficial. Saludos