Torbellino, te voy a explicar algo:
Para la formación de un huracán debe producirse una acumulación de borrascas.
Es imprescindible que vengas y vayas, y a tu paso por mi vida provoques tormentas,
hasta eléctricas.
Una vez calada hasta los sentimientos, nuestra electricidad se da un baño en aguas cálidas.
Hay que darle calor a estos corazones con demasiado frío.
Una vez cogida la temperatura, las aguas y la electricidad comienzan a mezclarse
mientras se elevan. Es un ritual, tú vienes y vas, y esta vez,
yo voy contigo.
Así sin evitarlo viajamos por otras atmósferas y la presión de vivir convenciendo disminuye.
No faltan los problemas, jamás faltarán los problemas que nos chocan y nos hacen girar.
Quizás te marees, quizás sea yo la marea y esta forma de querernos se nos inunde de
demasiadas cosas que pesan, pero tú me coges de la mano, yo dejo que me la aprietes
y todo parece importar menos.
Pasamos al lado de todo lo que nos preocupa y lo devoramos,
porque juntos tenemos la velocidad necesaria para quedarnos solo con lo necesario.
Tú me besas y yo te beso aún más. No siempre cierro los ojos y tú tampoco.
Me gusta ver el ciclón de tus pupilas.
Me gusta la velocidad a la que nos movemos.
Torbellino, así es como te conviertes en huracán.
Extracción del libro "Mensaje urgente a mis momentos contigo", Abbey C, mejor conocida como "La chica del andén".