Fue un día tranquilo cuando la conocí, un día tan común como cualquier otro. Yo, inocente a todo lo que pasaría, la saludé con amabilidad. No sentí interés romántico al principio por ella pero, sin saber el porqué, hablarle despertó en mi ser una profunda paz.
Muchas mujeres que conozco suelen preocuparse mucho de su vestimenta, de utilizar el mejor maquillaje para resaltar lo mejor posible sus virtudes, de que su cabello esté suelto, brillante y danzando con el viento, pero no ella. Sus amistades y familiares insisten en que se lo arregle un poco más.
Recuerdo cómo solía encoger sus hombros y decir:
“Es su estado natural, despelucado y salvaje. No puedo hacer nada ya que tiene vida propia, así que, qué mas da, solo lo dejo ser”
Luego me dedicaba una sonrisa traviesa. No puedo decir en qué momento quedé completamente enamorado, solo sé que pasó y ya no había vuelta atrás.
La amaba con locura, me encantaba la manera en que se solía enojar. También lo orgullosa que era con todas las personas, pero que se esforzara fuertemente por no intentar serlo conmigo. Incluso me fascinaba el hecho de que fuera tan testaruda y un poco cretina.
Pero todos tenemos demonios y ella no era la excepción. Muchas veces podía observar cómo se perdía en sí misma, al punto de llegar a estar muy distante conmigo por días. Luego volvía a ser la misma, con toda su locura y alegría.
“Sabes, cuando algo triste me pasa prefiero sentir enojo que tristeza”- Apretaba sus puños una tarde de agosto, mientras me compartía sus pensamientos.
Tenía muchas inseguridades, y con todas trataba de ayudarle. La tomaba entre mis brazos y la reconfortaba en sus días más oscuros, apretaba su cara contra mi pecho y respondía con un “Gracias por salvarme”.
En ese fatídico día había llegado a nuestra casa temprano, la llamé y busqué en cada una de las habitaciones pero fue imposible para mí encontrarle. En su lugar conseguí una nota en su pequeña mesa de lectura.
Lamento la Traición…
Solo eso decía, nada más. La llamé a su teléfono, pero no contestó. Su ropa no estaba. Llamé a su trabajo, pero tampoco se encontraba allí y tampoco se encontraba su compañero de trabajo. Y pensé, que se trataba de una infidelidad, que simplemente se había fugado con él. Después de todo, él siempre estuvo interesado en ella.
Al recordarlo preferiría mil veces ese escenario. Pero tres semanas después de haberme dejado, lo supe.
Un grupo de excursionistas habían encontrado su cuerpo con un arma en su delicada mano y sus sesos repartidos en lo profundo del bosque pino.
Autor: @bridareiven
Espero que disfrutaran mi humilde historia, hecha con mucha dedicación para ustedes.
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Historia inspirada por la canción “Betrayed” de la banda “Avenged Sevenfold”.
Muchas gracias por leer!
buen relato, te felicito @bridareiven.
Gracias, me alegra que te gustara. Saludos
!qué bien escrito este relato!, mi gracias.
Gracias por leer. Si la inspiración me lo permite, traere muchos más.
Ya veo por que Eduardo me dice que lea tus historia, esta increible te felicito👏👏👏👏👏
Hola Samuel. Que bueno que lo escuches, él es mi crítico numero uno. Gracias por leer y saludos.